MADRID. Los cuatro detenidos, de nacionalidad española, habían desplegado un entramado reclutador y permanente en la ciudad autónoma, y mantenían una comunicación fluida con combatientes del Dáesh en Siria, que les instruían en la metodología para la captación de adeptos.
La célula yihadista, según el comunicado de Interior, centraba su actividad en candidatos cada vez más jóvenes, incluso niños, siguiendo las directrices del Dáesh que establecen que, ante la necesidad urgente de nuevos adeptos, el reclutamiento infantil es la línea estratégica principal por su personalidad especialmente permeable y por ser "fácilmente convertibles en elementos terroristas convencidos".
Los integrantes de la célula desarticulada -en una operación de la Comisaría General de Información en colaboración con la Brigada Provincial de Información de Ceuta- se distribuían las tareas y adoptaban sofisticadas medidas de seguridad, tanto físicas como virtuales en el uso de Internet, redes sociales y blogs terroristas privados.
Además, habían elaborado una estrategia de reestructuración y reasignación de funciones en el caso de que alguno de ellos fuera detectado con el objetivo de mantener en el tiempo el entramado de captación y reclutamiento terrorista.
La investigación ha determinado que los detenidos hoy estaban relacionados con otra célula desarticulada en Ceuta el pasado 23 de febrero que se saldó con la detención de tres terroristas actualmente en prisión provisional.
Los integrantes de ambas células habían creado "una red de captación y adoctrinamiento salafista muy enraizada y activa en la ciudad de Ceuta", según Interior, con una comunicación permanente con combatientes del Dáesh en Siria de los que recibían instrucciones, identificándose ellos mismos como referentes en la lucha contra el "infiel".
Desde Siria eran asesorados, además, sobre contactos y rutas de desplazamiento para el envío de los nuevos integrantes.
El reclutamiento de niños es objetivo del Dáesh para dar continuidad y garantizar el extremismo religioso y la entrega absoluta a la causa yihadista.
El máximo exponente, señala el comunicado, son los conocidos como "cachorros del Califato" (ashbal al-khilafa), utilizados como niños soldado en los territorios ocupados por el Dáesh, y "resultado de un proceso de deshumanización y reprogramación de su personalidad a través de sucesivas etapas de reclutamiento, adoctrinamiento y entrenamiento, hasta su empleo letal como armas humanas".
De los detenidos en Ceuta, los investigadores destacan las excepcionales medidas de seguridad que adoptaban en el lenguaje, la vigilancia de las zonas de reunión y las relaciones con individuos que no fuesen de su máxima confianza, así como la utilización de las redes sociales y de blogs terroristas restringidos.
Uno de sus proyectos inmediatos, según Interior, era crear "células hermanas" en países europeos que se centraran también en la captación y adoctrinamiento de jóvenes y niños, por lo que la operación ha neutralizado una amenaza concreta tanto para la seguridad nacional como para la del resto de los países europeos.
La operación, que continúa abierta, se ha desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y la coordinación de la Fiscalía de la propia Audiencia.
Desde 2015, año en el que el Ministerio del Interior elevó a 4 el Nivel de Alerta Antiterrorista (NAA-4), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han detenido a 161 yihadistas.