marrakech - La cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP22) comenzó ayer en Marrakech con un llamamiento a una mayor justicia climática y un especial hincapié en el continente africano, muy vulnerable a los efectos del calentamiento global.
Para la ministra francesa de Medio Ambiente y presidenta saliente de la anterior cumbre climática de París, Ségolène Royal, esta cumbre constituye una oportunidad para inventar el mundo de mañana y concretamente para conseguir una “justicia climática”.
“Los países más ricos viven como si hubiera habido tres planetas, pero los países pobres lo hacen como si ya no hubiera más”, lamentó Royal, quien insistió en que el mayor reto de esta cumbre de Marrakech es el continente africano.
De los cincuenta países más afectados en el mundo por el calentamiento global, 36 son africanos. De esta manera, Royal pidió “justicia climática” en África: “El cambio climático en este continente es el más cruel y el más injusto”, aseveró Royal.
La responsable francesa se congratuló de los cien países que ratificaron el Acuerdo de París, adoptado solo hace once meses, y llamó a los 93 países que quedan por hacerlo a depositar sus instrumentos de ratificación antes de finales de este año.
El Acuerdo de París tiene como fin principal bajar el calentamiento global de la atmósfera muy por debajo de dos grados centígrados antes de finales de este siglo. Los expertos alertan de que sería necesario disminuirlo a menos de dos grados para evitar males ambientales mayores.
relevo presidencial Tras dar por inaugurada la cumbre, Royal pasó el relevo al nuevo presidente de la XXII Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, el marroquí Salahedin Mezuar, ministro marroquí de Asuntos Exteriores en funciones.
Acto seguido, Royal regaló a Mezuar una réplica en miniatura del planeta en el que está dibujada una sonrisa en medio de los aplausos de la audiencia que iluminaron pequeñas lámparas en forma de una flor de Etiopía, como símbolo de homenaje al continente negro.
En su intervención, Mezuar subrayó que la cumbre quiere dar relevancia a los países más vulnerables al cambio climático y prometió que este foro demostrará que existen modelos innovadores de desarrollo sostenible capaces de empujar las economías de los países del sur.
“Si París dio al mundo un pacto que compromete a los gobiernos, Marrakech es una nueva sesión que pondrá a todas las partes a trabajar”, sostuvo Mezuar, quien se comprometió a reforzar un “diálogo abierto y transparente” con todos a favor del clima.
Los intervinientes en la sesión inaugural subrayaron que esta cumbre de Marrakech se dedicará a establecer una hoja de ruta para los 100.000 millones de dólares (89.736 millones de euros) prometidos por los países ricos en apoyo de iniciativas de desarrollo sostenible en los países pobres.
En paralelo a la financiación, la cumbre debe explorar los mejores mecanismos de transferencia de tecnología y el refuerzo de capacidades, siempre del mundo desarrollado a los países en vías de desarrollo.
Marrakech, que ya celebró una cumbre climática de la ONU en 2001, se ha preparado concienzudamente para la COP22, que durará dos semanas en medio de drásticas medidas de seguridad. - Efe