Arquata del Tronto - El terremoto que sacudió el miércoles el centro de Italia ha dejado auténticos pueblos fantasmas, con centenares de supervivientes que pasaron su primera noche en campamentos para damnificados, prácticamente en vela. Es el caso de Accomuli, Illica, Arquata del Tronto o Pescara del Tronto, que presentan un paisaje igualmente desolador, con casas reducidas a escombros, y calles polvorientas y enmudecidas. Técnicos del cuerpo de bomberos recorren las avenidas de Accumoli y fotografían sus dañadas viviendas de piedra. Durante el recorrido se percibe un silencio triste, roto en ocasiones por el sonido de algunos teléfonos móviles proveniente del interior de algunas casas. Más de 1.200 habitantes de la zona afectada del centro de Italia tuvieron que abandonar sus viviendas por seguridad ya que los desplomes continúan y pasar la noche en campamentos. Alessio Filodei, que residía en Pescara del Tronto, reconocía haber sentido “un gran miedo” en la madrugada del miércoles, cuando todo tembló. Instalado en el campamento de Arquata, declaraba que ni siquiera sabe cuál es el estado de su casa, aunque sospecha que “no habrá quedado mucho de ella”. Ante esta situación, aseguró haber dormido “muy poco” porque “el miedo aún es muy grande”.
También pernoctó en este campamento Cristina, quien cubierta con una manta dice que su prioridad ahora es hallar a su hermana, que vivía en Amatrice y de la que aún no tiene noticias. Su primera noche transcurrió con intervalos de sueño en los que confluían “pensamientos cruzados”. A Francesco Morelli, de 17 años, el terremoto le pilló de paseo con unos amigos, de los cuales tres de unos 14 años perecieron entre los cascotes. El joven, ahora en un campamento para desplazados en Arquata del Tronto, recuerda a sobre la noche del desastre: “Estaba paseando con un grupo de amigos cuando, de repente, se produjo un estruendo y nos encontramos rodeados de polvo y bajo un pánico total”.