donostia - Uno de los dos detenidos por su implicación en el robo mediante butrón en una sucursal de Kutxabank en el barrio donostiarra de Egia el pasado jueves es un viejo conocido para la Policía española. Se trata de José Juan Martínez Gómez, alias el Rubio, un almeriense de 60 años, con un amplio historial delictivo, en el que destaca el histórico atraco al Banco Central de Barcelona, en el año 1981, y del que fue cabecilla.
Según ha podido saber este periódico, la implicación de el Rubio en el robo de Donostia está confirmada, si bien la Ertzaintza investiga ahora si fue él quien entró en la sucursal de Kutxabank armado con una pistola que no llegó a utilizarse. El Rubio y uno de sus cómplices fueron arrestados el mismo jueves por la Policía vasca en el barrio de Martutene, horas después de que hubieran maniatado a cinco personas en la sucursal de Egia y se hubieran llevado un botín de 50.000 euros.
En el momento de su arresto, los dos detenidos llevaban encima 2.000 euros. El resto del botín-48.000 euros-, así como la mencionada arma de fuego y un tercer atracador continúan en paradero desconocido, pese a los numerosos controles de la Ertzaintza, que el viernes acabaron en redada en la calle Kristobaldegi de Martutene, aunque sin resultado.
¿Quién es en realidad el Rubio? José Juan Martínez Gómez comenzó su carrera delictiva a los 16 años en su Almería natal, donde fue apresado en distintas ocasiones por diferentes robos en bares y establecimientos comerciales. Sin embargo, su gran golpe llegó a la edad de 25 años. Era 1981 y el Rubio cumplía condena en la cárcel madrileña de Carabanchel, condenado por un atraco anterior. Entre rejas, ideó la posibilidad de atracar el Banco Central de Barcelona junto a una serie de delincuentes comunes y miembros de grupos de ultraderecha. También participó en la operación Antonio Soler, agente de contraespionaje francés y colaborador habitual de la Guardia Civil, que fue el encargado de comprar las armas que se utilizaron en el robo.
El histórico asalto, calificado por muchos como “el atraco más espectacular que ha vivido España en el siglo XX”, tuvo lugar el 23 de mayo de 1981. Habían pasado algunos minutos de las nueve de la mañana cuando doce delincuentes armados liderados por el Rubio irrumpieron en el banco, donde tomaron 263 rehenes durante 36 horas.
Sin embargo, los planes de Martínez Gómez fueron abortados por los GEOS, que en una escrupulosa y prudente actuación, liberaron a los rehenes y detuvieron a los delincuentes. De hecho, la operación, que pudo terminar en masacre debido al elevado número de personas implicadas en la misma, se saldó con un solo fallecido, el asaltante José María Cuevas.
Varias fugas El Rubio fue considerado el responsable número uno del atraco, lo que le hizo saltar a las portadas de muchos periódicos nacionales así como canales de radio y televisión que informaban en directo sobre la actuación policial. José Juan Martínez Gómez recibió la máxima condena y fue sentenciado a 30 años de cárcel, mientras que el resto de asaltantes recibieron penas de entre 23 y 25 años de internamiento.
Dada la cercanía del atraco con el golpe de Estado de Tejero, apenas tres meses antes, durante mucho tiempo se sospechó que detrás de esta trama había personas vinculadas a los servicios de inteligencia españoles. A partir de ese momento, la vida del rubio ha transcurrido en un continuo entrar y salir de diversos centros penitenciarios a lo largo de toda la geografía española, con varias fugas incluidas. Aunque los primeros años de reclusión los cumplió en Acebuche, tras un año, fue trasladado a un centro de alta seguridad. El 29 de septiembre de 1988 se fugó de la prisión de Ocaña 1, aprovechando un permiso. Un mes y cuatro días después fue detectado en Villanueva y Geltrú, en el restaurante Costa de Oro, por un inspector de policía que almorzaba en el mismo establecimiento.
Como consecuencia del fortuito encuentro, se inició una “desastrosa e improvisada” intervención policial que se saldó con la muerte de dos agentes de policía y con el Rubio gravemente herido, al recibir dos disparos uno de los cuales le atravesó el abdomen.
En un primer momento, se apuntó a José Juan Martínez Gómez como autor de los disparos que acabaron con la vida de los dos policías, si bien más tarde se demostró que el arma que utilizó se quedó encasquillada y que las balas fueron disparadas por otro policía. De hecho, pese a la prolija actividad delictiva de el Rubio, no se le ha atribuido ningún delito de sangre.