- Las Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo (ONGD) de la Comunidad Autónoma Vasca sufrieron un descenso de aproximadamente el 35% en el los últimos cinco años, según denunció la Coordinadora de ONGD de Euskadi ayer en Bilbao. Concretamente, la media de ingresos destinados a proyectos en el Norte se redujo en un 46% y los ingresos para proyectos en el Sur cayeron un 33%.

Estos datos, obtenidos a partir de una serie de encuestas que la Coordinadora ha realizado para actualizar los datos del 2013, muestran también que las mayores rebajas en cuanto a la cantidad de ingresos los soportaron las organizaciones de tramo alto -las más grandes en cuanto a volumen de personal, ingresos y proyectos-, aunque paradójicamente son las que más número de donantes y voluntarios tienen de media, junto a las de tramo bajo. Destacan especialmente estas últimas, las de tramo bajo, que han aumentado su media de donantes, de voluntarios y de socios respecto al año pasado, si bien los datos se mantienen lejanos a los del 2010.

Con esta oleada de encuestas se observa también que el porcentaje de fondos que obtienen por la vía privada estas organizaciones aumenta considerablemente año a año. Si en el 2010 sólo el 18% de sus fondos eran de procedencia privada, el año pasado casi la mitad, el 42%, tenía esa misma procedencia. Ello se debe a las importantes reducciones de fondos públicos para la cooperación al desarrollo que han decretado las diferentes instituciones. Desde la Coordinadora señalan que los recortes que más han afectado han sido los realizados por la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo, que si en 2010 llegó a aportar 51 millones de euros, esta cifra ha disminuido hasta los 43 millones del año pasado.

caso alavés En este sentido, las diputaciones de Bizkaia y Araba son también las dos instituciones que más han bajado su inversión en cooperación al desarrollo, reduciendo a la mitad el porcentaje de sus presupuestos destinado a ello. No obstante, el caso más paradigmático es el del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, cuya inversión ha fluctuado año a año de forma radical. Si el año pasado el montante del presupuesto para la cooperación al desarrollo apenas llegaba a los 239.000 euros (un 0.06% del total), durante este ejercicio se han asignado 3 millones de euros más, llegando así a 0,98% y siendo así la institución vasca que mayor porcentaje destina. Mila Domínguez, delegada de la Coordinadora de ONGD de Euskadi en Bizkaia, señaló que son esas acciones “las que hacen daño” y que suceden cuando “no se da importancia a la cooperación y se utiliza como moneda de cambio”. De los datos extraídos se observa que los porcentajes de inversión por parte de las instituciones, si bien mejoran poco a poco, están muy lejos del 0,7% del Producto Interior Bruto para cooperación que fijó la XXV Asamblea General de Naciones Unidas en 1970 y que debía haber sido alcanzado en 1975.

Este estudio que la Coordinadora ha hecho junto a la cooperativa Indaba muestra, además, que se trata de un sector altamente feminizado y en el que se está tendiendo a que el voluntariado realice cada vez más labores que antes eran del personal contratado con menos contrataciones y mayores jornadas de trabajo. En este sentido, el 14% de las organizaciones señalaron que se planteaban realizar Expedientes de Regulación de Empleo durante el próximo año y el 10% dijo que tenía previsto reducir personal.

Pese a los malos datos, Domínguez se mostró “optimista” sobre la situación de la cooperación vasca, y es que el 60% de las ONGs preveían que su actividad se mantuviese y el 26% vislumbrará, incluso, un aumento de la misma. Por otra parte, resaltó la referencia que es la cooperación vasca, “no sólo por el volumen de fondos, sino también por su calidad y planteamiento a largo plazo”.