pamplona - La información hecha pública ayer por la Diputación de Gipuzkoa sobre la instauración de peajes en la N-I no pilló por sorpresa a su homólogo en Navarra, conocedor de los planes al otro lado de la muga gracias a la fluidez de las relaciones actuales. Así lo admitió la consejera portavoz, Ana Ollo, quien fue prudente al valorar las consecuencias que el cobro en la N-I pueda originar a la red de carreteras navarras y la posibilidad de que la Comunidad Foral siga el mismo camino que Gipuzkoa. “Ahora mismo estamos en un proceso de reflexión y de análisis. Lo único que se puede decir es que hay un problema con la conservación de las carreteras de Navarra y se están estudiando las posibles vías de ingresos, incluidos los peajes”.

Tanto Ollo como fuentes del Departamento de Desarrollo Económico, recordaron los contactos que viene manteniendo el Gobierno foral con el Gobierno Vasco, y la información que se ha compartido sobre este asunto. Asimismo, consideraron que “los efectos de los peajes en la N-I son de efecto limitado sobre Navarra, ya que únicamente están planteados para los vehículos pesados”, si bien advirtieron que las consecuencias están bajo estudio. “Habrá que ver si puede haber un efecto rebote de tráfico hacia otras vías que discurren por Navarra, principalmente la Autovía de Leitzaran (A-15)”.

Ollo, que destacó que “las carreteras son los ejes que vertebran el territorio”, señaló que el Gobierno de Navarra “está buscando vías de ingresos, no necesariamente peajes o sólo peajes”, y resaltó que “también se está trabajando en evitar la discriminación de territorios”, en alusión a la Autopista de Navarra (AP-15), aunque advirtió igualmente que “hay una serie de peajes en sombra que estamos pagando todos los navarros”. Sin embargo, recalcó que “no hay ninguna decisión tomada” sobre la implantación de peajes en vías de gran capacidad de la Comunidad Foral. - DNA