bilbao - Dicen que la perfección no existe, pero Irene Luengas, Miren Gainza, Leire Anaiansi Prieto y Ander Etxebarria la rozan. Estos cuatro jóvenes que todavía no han soplado las veinte velas son los estudiantes que han sacado las notas más altas en selectividad. La laudiotarra Irene Luengas del IES Laudio BHI es la que mayor calificación ha obtenido, un 9,952. En septiembre comenzará la carrera de Biotecnología , en la Universidad del País Vasco. Por su parte, Medicina es la elección de los tres estudiantes restantes: Miren Gainza de Lauro Ikastola con un 9,820; Leire Anaiansi Prieto del Centro de Formación Somorrostro con un 9,780, y Ander Etxebarria del colegio El Regato con un 9,750.
El secreto para alcanzar, casi, el 10 no es en realidad un secreto. Se trata de estudiar. Leire cuenta que la clave está en hincar los codos durante el curso y “repasar todo en las dos últimas semanas”. Además de repasar durante ese periodo, Miren puso en práctica dos planes. Por las mañanas acudía a las clases de preparación que ofrecía su centro y por las tardes repasaba lo estudiado horas antes. Ander tiene otro componente para la fórmula del éxito. “Es importante estudiar día a día, pero sobre todo es fundamental hacerse un horario”, admite el único chico de este cuarteto de ases. Clases de alemán, deporte, series y salir con las amigas son algunas de las actividades que ocupan el tiempo de ocio de los tres vizcainos, que no solo coinciden en territorio histórico, sino que a partir del curso que viene recorrerán los mismos pasillos de la facultad de Medicina de la UPV/EHU, que desde 1968 es la encargada de formar a los futuros profesionales de la sanidad.
A la hora de poner en práctica la preparación, aparecen los nervios. Durante tres días, casi 10.000 alumnos vascos no sentían otra sensación que no fueran nervios. Se jugaban el futuro. Para estos cuatro magníficos, la ansiedad fue cediendo con el paso de los exámenes. “Con Lengua, que fue la primera prueba, estaba muy nerviosa, pero después me fui calmando”, reconoce Irene. “Además de nervios, tenía la presión que yo misma me impuse para que la nota me diera y poder entrar a Medicina”, comenta Miren, que quiere dedicar su futuro a la pediatría. A 320 kilometros de Bilbao, la perfeccion sí ha sido posible. Jaime Redondo Yuste es el madrileño que ha sacado un 10 en selectividad. Jaime admite que confiaba en que la prueba le había salido bien, pero que lograr una nota sin error alguno lo veía “casi imposible” por los nervios propios del examen. Este madrileño, al igual que los futuros alumnos de la UPV/EHU, confiesa que conseguir clavar el diez le llevó “mucho esfuerzo y capacidad de trabajar todos los días”. Aunque a los cuatro jóvenes vascos no les ha salpicado la polémica del examen de Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales puesto que vienen de la rama de las ciencias, sí que tienen una opinión. Leire, que habla en nombre de sus amigas, cree que la prueba fue difícil “no porque no dieran la materia en clase, sino porque el enunciado de los problemas era incompresible”.