bermeo - Buques pesqueros con base en el puerto de Bermeo navegan hacia el Oeste para iniciar la campaña de pesca de atún blanco-bonito del norte. Se trata de embarcaciones que desarrollan su actividad mediante el empleo del sistema de pesca conocido como curricán o cacea. Durante los próximos días se espera que el grueso de esta flota con base en Bermeo zarpe hacia el Atlántico para participar en la campaña más importante del año y de la que dependen en gran medida los resultados económicos de este sector. Se trata de una pesquería totalmente artesanal en la que los bonitos son capturados uno a uno y posteriormente mimados a bordo para que lleguen hasta el consumidor con la mayor calidad y frescura posible.
Esta primera salida de la costera adopta tintes de auténtica aventura para los arrantzales. Y es que se adentran cientos de millas en la inmensidad del Océano Atlántico sin saber dónde ni cuándo se van a topar con los primeros cardúmenes de bonito en su migración hacia el Golfo de Bizkaia.
“Cada año es distinto. Algunas veces el pescado nada con un rumbo y otras veces con otro. Podemos estar días y días sin embarcar un solo pescado y eso mina mucho la moral. En cualquier caso en la mar nunca hay que perder la esperanza” asegura un arrantzale bermeano a pocos días de su marcha a la costera de bonito. “La primera marea -añade- es la más dura de todas. Después de varios meses pescando cerca de casa y retornando diariamente a puerto, estaremos unas tres semanas en la mar. Todos tenemos un nudo en el estómago”.
frentes térmicos Los factores oceanográficos condicionan de manera importante el desarrollo de la pesquería de bonito. Los biólogos de AZTI, centro vasco de la investigación marina y pesquera, apuntan que los frentes térmicos “parecen condicionar la distribución espacial así como la topografía”. Habitualmente el bonito suele localizarse en aguas oceánicas, fuera de la plataforma continental.
En la campaña del 2015 los cardúmenes de atún blanco volvieron a adentrarse en el Golfo de Bizkaia tras varios años en los que variaron su patrón migratorio para desplazarse hacia el norte del Atlántico sin haber pasado por el Cantábrico oriental.
El atún blanco (Thunnus Alalunga) es una especie capital para la flota vasca, que lo captura desde hace varios siglos durante la temporada estival en la que abandona el Atlántico para alimentarse en las ricas y templadas aguas del Golfo de Bizkaia. Durante la década de los años sesenta, coincidiendo con el esplendor de la bajura vasca, se registraron las mayores capturas de bonito de la historia. Posteriormente el volumen de descargas se fue reduciendo de manera paulatina hasta situarse en torno a las 25.000 toneladas en la última década.
el stock se recupera Según el último diagnóstico realizado por ICCAT (Comisión Internacional para la conservación del atún Atlántico), la biomasa del stock reproductor ha dibujado una curva descendente desde los altos niveles observados en la década de los años cuarenta del siglo pasado, “pero vuelve a recuperarse durante la última década”. Según este estudio, “el reclutamiento es muy variable, con una ligera tendencia decreciente en las últimas décadas”. Con todo, el stock de atún blanco-bonito del norte no parece estar sometido a sobreexplotación, pero la biomasa continúa en su proceso de recuperación. El comité científico del ICCAT recomendó un TAC (Total Admisible de Capturas) de 28.000 toneladas, así como la limitación del número de embarcaciones al promedio de 1993-1995. Y es que en los últimos años se ha producido un incremento del número de pesqueros capturando bonito, poniendo en peligro la explotación sostenible del recurso.
Durante la última campaña, los puertos de Bizkaia y Gipuzkoa recibieron 5.117 toneladas de bonito del norte, un 70% más que el año anterior, uno de los peores de la historia de la pesquería. El valor en primera venta del pescado superó los 17,1 millones de euros, un 71% más que en 2014. El precio medio en lonja fue de 3,41 euros, tres céntimos más caro que el año anterior. Medio centenar de buques de la flota de cebo vivo con base en los puertos de Hondarribia, Orio, Getaria, Ondarroa y Lekeitio descargaron un total de 4.558 toneladas, en tanto que las capturas procedentes de la flota de cacea de Bermeo, Hondarribia, Ondarroa y Getaria alcanzaron las 527 toneladas.
Los barcos caceros descargan frecuentemente en puertos gallegos y asturianos por cuestiones de proximidad con la zona de pesca. Según datos de AZTI, en los últimos diez años los desembarcos en puertos vascos han supuesto aproximadamente la mitad de las capturas del Estado español y en torno a una cuarta parte de las capturas internacionales sobre el stock de atún blanco-bonito del norte.
Mientras los barcos de la flota cacera inician la pesquería de bonito, el resto de embarcaciones -las que pescan bonito con cañas manuales y cebo vivo- tratan de apurar las últimas jornadas de pesca en la campaña de anchoa. “No tenemos motivos para ser optimistas. Llevamos muchos días con pescado pequeño que no podemos ni queremos capturar. Mantenemos una pequeña esperanza de que la anchoa grande haga acto de presencia en alguna zona”, asegura el patrón de un cerquero vizcaíno.