Osman, el niño refugiado afgano de 7 años con parálisis cerebral que junto a su familia empezará una nueva vida en la Comunitat Valenciana, pasó ayer su primera noche en el Hospital La Fe de Valencia “estable” y “tranquilo”, y con una pequeña anemia de la que empezó a ser tratado.

El largo viaje que Osman y su familia iniciaron en Afganistán a principios de abril concluyó el martes por la noche, primero en Madrid, cuando aterrizó en un avión procedente de Grecia, donde sobrevivían en un campamento de refugiados en Idomeni, y ya de madrugada en el Hospital de La Fe, donde fue sometido a unas pruebas iniciales para evaluar su estado general a nivel infeccioso y nutricional. Osman pesa 11 kilos y ha llegado a España con una “pequeña anemia” y “algo desnutrido” tras pasar dos meses en situación precaria y debido al proceso crónico de su parálisis cerebral, pero las analíticas que se le han realizado hasta el momento no han dado ningún resultado relevante.

Su padre, Ata Mohammad Ahmad, compareció ayer en rueda de prensa junto a la consellera de Sanidad, Carmen Montón, para asegurar que está “muy agradecido” a los españoles y confesar que nunca “podría llegar a compensar todo lo que están haciendo” por su familia. “Es increíble”, dijo.

Tanto Montón como el presidente de la ONG Bomberos en Acción, Joaquín José Ruiz, destacaron que la llegada de Osman y su familia ha sido posible gracias a la cooperación entre Administraciones y entidades sociales, y confiaron en que se pueda seguir acogiendo refugiados porque “aún quedan muchos niños en Idomeni”.

La atención sanitaria de Osman será coordinada por la Unidad del Niño Internacional (UNI) del Hospital La Fe, especializada en la atención de niños adoptados, en acogida y migrantes, que dirige la pediatra Gemma Ochando y que es una de las tres de estas características que existen en España. Ochando explicó que en los próximos días se evaluará el estado del niño en las distintas especialidades implicadas en su atención por si existen “lesiones residuales de su patología de base”. Los médicos también evaluaron ayer a la madre y a los dos hermanos del pequeño, de 9 y 8 años, que pasaron la primera noche en el Centro de Atención de Refugiados (CAR) de Mislata (Valencia), que depende del Gobierno. Osman estará durante “unos pocos días” ingresado en el Hospital, pero cuando finalicen las pruebas y se establezca un tratamiento para mejorar su calidad de vida podrá regresar con sus padres, primero al CAR de Mislata y en una segunda fase podrían trasladarse a Elche, donde el Ayuntamiento les ha ofrecido una vivienda.

Ata Mohammad relató el angustioso viaje que iniciaron a principios de abril tras la entrada de los talibanes a Afganistán. Tras huir andando y en coche hasta Irán, pasaron a Turquía y después a Grecia en una embarcación que se hundió y les obligó a nadar cerca de tres horas.

Tras perder durante unos días a Osman, que había sido rescatado tras hundirse la embarcación e ingresado en un hospital por haber tragado mucha agua, llegaron a Idomeni -entre Grecia y Macedonia- donde, dijo, “los españoles nos ayudaron mucho y todos los días se preocupaban por el estado de Osman”. En ese campo de refugiados tuvieron el primer contacto con miembros de Bomberos en Acción, que advirtieron del delicado estado de salud de Osman e iniciaron una campaña de recogida de firmas en change.org, acciones que gracias a la mediación del Gobierno han permitido su llegada a España. - Efe

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