Gasteiz - El número de perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) ha tenido un leve crecimiento este año. Lanbide registró un total de 65.506 beneficiarios el pasado mes de abril en la CAV, lo que supone 236 más que en marzo, 288 más que en febrero y 831 más que en enero. La subida registrada en los primeros cuatro meses del año rompe así la tendencia a la baja que se apreciaba desde mayo del año pasado (a excepción de noviembre). Desde que comenzó la crisis económica en 2008, la lista no había dejado de aumentar y, en mayo de 2015, alcanzó su techo histórico, con 66.373 perceptores. Le siguieron seis meses de decrecimiento, hasta octubre, mes en el que hubo 64.593 beneficiarios de la RGI.
El dato contrasta con el descenso del paro que registra Euskadi en los últimos meses. Sin embargo, se explica por varios factores. En primer lugar, el hecho de que gran parte de los perceptores sean parados de larga duración a los que se les han agotado las prestaciones por desempleo, que son, a su vez, quienes más dificultades encuentran para ingresar de nuevo al mercado laboral. De hecho, de las 152.561 personas desempleadas que hay actualmente en Euskadi, un total de 98.182 no cobra ningún tipo de prestación o subsidio estatal relacionado con sus periodos cotizados por contratación.
Pero no solo los desempleados se ven obligados a solicitar la Renta de Garantía de Ingresos para hacer frente a su día a día. De los perceptores de la RGI en abril, 52.890 recibieron la renta básica, mientras que los otros 12.596 se beneficiaron de un complemento al trabajo. Es decir, personas en el mercado laboral pero cuyos ingresos económicos no cubren sus necesidades básicas. Son personas con trabajos temporales, a tiempo parcial o esporádicos -estos últimos pueden necesitar volver al sistema de protección social en un corto espacio de tiempo-.
Otro colectivo al que Lanbide complementa con la RGI es el de los pensionistas vascos cuyos ingresos resultan insuficientes, hasta alcanzar los 710, 888 y 959 euros en el caso de familias de uno, dos o tres miembros, respectivamente. Así, en abril, un total de 16.115 pensionistas recibieron esta prestación.
Necesidades básicas Desde 2008, el número de personas perceptoras de la RGI ha aumentado un 40%. Según los datos, hace ocho años, alrededor de 39.000 se beneficiaban de esta prestación social, una cifra que contrasta con los más de 65.000 actuales y los más de 66.000 del año pasado, su máximo histórico. La subida ha sido desigual entre los diferentes colectivos. Las cifras demuestran que los desempleados perceptores han crecido más que la media; también que el grupo que más ha evolucionado es el de los trabajadores que necesitan complementar un salario.
Ante la crisis económica, la RGI se ha convertido en el sustento de miles de familias vascas. Se trata de una prestación económica mensual para atender las necesidades básicas de aquellos que no disponen de recursos suficientes. Los beneficiarios pueden ser desempleados, trabajadores con pocos recursos, pensionistas, perceptores de otro tipo de pensiones, inmigrantes sin permiso de residencia...
La cuantía de la RGI, un derecho ciudadano reconocido por ley, oscila entre los 625 y los 960 euros mensuales, en función del número de miembros de la familia. Este año la tabla de cuantías máximas establecidas es de 625,58 euros para unidades convivenciales formadas por una sola persona, 803,31 para hogares con dos miembros y 888,62 euros para familias con tres o más integrantes. En el caso de los beneficiarios pensionistas, las cuantías máximas son 710,89 euros si el titular vive solo, 888,62 para hogares de dos personas y 959,70 euros para las unidades convivenciales de tres miembros o más.
En el caso de familias monoparentales, las prestaciones tope oscilan entre los 848,81 y los 934,12 euros -en abril se han registrado un total de 9.853 casos de estos-. Las cuantías de Renta de Ingresos correspondientes a cada categoría se establecen en función del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anual, una referencia que fija el Gobierno español, y que para este año se ha establecido en 9.172,80 euros anuales, es decir, 655,20 euros mensuales.
Además, las personas titulares de la RGI pueden percibir a su vez la Prestación Complementaria de Vivienda (PCV), de 250 euros mensuales como máximo, para sufragar el alquiler del piso. Según los datos de Lanbide, un total de 30.023 personas se beneficiaron de este complemento en abril, 185 más que en marzo, 467 más que en febrero y 821 más que en enero.
Críticas y defensa La RGI se ha convertido en los últimos tiempos en la diana de las críticas de algunos portavoces del PP vasco. Sin embargo, ante los ataques, las cifras. El Departamento de Empleo y Políticas Sociales explicó el pasado 22 de abril que el fraude y uso inadecuado de la Renta de Garantía de Ingresos y de la Prestación Complementaria de Vivienda por parte de sus perceptores entre 2013 y 2015 supuso el 0,7% del importe desembolsado por el Gobierno vasco en este periodo.
En este sentido, el consejero de Empleo y Políticas Sociales, Ángel Toña, abogó por “garantizar el mantenimiento y sosteniblidad” del sistema vasco de protección social, especialmente la RGI, “defendiéndolo contra los ataques manifiestos de los últimos tiempos”. Toña recordó que estas prestaciones, destinadas a las personas en riesgo de exclusión social, contribuyen a contrarrestar el “brutal” impacto de la crisis sobre las capas sociales más desfavorecidas.
Cuantías. La RGI es un complemento a los ingresos de cada familia. El importe de la prestación depende de sus ingresos mensuales, que se descuentan de las cuantías máximas fijadas (672,67 euros, 863,77 euros y 955,50 euros en el caso de familias de uno, dos o tres miembros, respectivamente) según el número de personas que forman la unidad de convivencia.
Sin ingresos. Cuando no se tiene ningún tipo de ingreso, se reconoce la cuantía máxima mensual establecida en función del número de miembros de la unidad de convivencia.
Con ingresos. Cuando se tiene algún tipo de ingreso (por trabajo, pensiones, rentas, alquileres, indemnizaciones, etc.), su cuantía se calcula descontando todos los ingresos a la cuantía máxima que le corresponde en función del número de miembros de su unidad familiar.
Familias monoparentales. En el caso de las unidades de convivencia monoparentales (madre o padre con hijos), la prestación se ve complementada con 45,50 euros mensuales.