Lasarte-oria - Veinticuatro horas después, Gipuzkoa volvió ver una escena más propia de una película de acción con una operación policial contra cuatro personas de nacionalidad gala acusadas de “delincuencia común”. Dos fueron arrestadas en Biarritz, pero las otras dos huyeron en sendos vehículos a primera hora y la persecución terminó siete horas después en Andoain entre disparos al aire y con un “cuerpo a cuerpo” entre el cuarto fugitivo y un agente de la Ertzaintza tras caer ambos por un pequeño terraplén.
La escena se desarrolló en suelo guipuzcoano desde el momento en el que la Gendarmería avisó de que un Volkswagen Touareg y un Mercedes CLS se habían dado a la fuga. Fuentes policiales relataron a este diario que tras las primeras dos detenciones, el conductor del Touareg hizo caso omiso a un control y chocó contra la Policía aduanera francesa.
Los agentes galos, que pueden adentrarse hasta 10 kilómetros en otro estado en virtud del Tratado de Schengen, continuaron en un primer momento con la persecución en la A-8. En el primer kilómetro de la autopista, el conductor abandonó el Touareg -donde los cuerpos policiales no encontraron rastro de droga ni armas, según las mismas fuentes- y se montó en el Mercedes CLS negro para continuar rumbo a Donostia entre disparos de los agentes galos, que alcanzaron la luna trasera de este segundo coche.
El aviso de la Policía francesa provocó la implicación de la Ertzaintza, que movilizó a agentes de la comisaría de Irun y Hernani, así como de otras unidades como UDE (de desactivación de explosivos) y de un helicóptero. La persecución siguió hasta Lasarte-Oria, donde abandonaron la N-1 por la salida de Merkabugati, según explicaron fuentes de la Policía local. Tras cruzar el puente del río, el Mercedes negro giró hacia la derecha y se incorporó a la avenida del Oria en sentido Andoain. Por pocos metros. Al toparse con otra patrulla que venía de frente, los dos ocupantes abandonaron el vehículo junto a la parada de autobús de la esquina de la calle Zelaialde. Ambos, de rasgos magrebíes, subieron a la pequeña terraza sobre la avenida y comenzaron su huida a pie.
Tras correr unos 100 metros, uno de ellos se escondió entre los arbustos de la trasera de los números 31 y 33, donde fue interceptado oculto entre la maleza armado, según fuentes municipales. Cortada la calle a todo tipo de movimiento, los vecinos vivieron horas de incertidumbre y tensión.
“Hacia las 9.30 horas he visto cómo lo cacheaban y todo”, describió el primer arresto a este diario la camarera del bar de enfrente, Brunet-Enea, que al mediodía aún preguntaba si el huido no volvería por la zona mientras las patrullas de la Policía autonómica ya peinaban la zona monte arriba.
En el exterior del polígono, el trasiego de coches policiales fue constante durante toda la mañana si bien la avenida se abrió al tráfico pasadas las 13.40 horas, cuando una grúa retiró el Mercedes.
Cerca de la carretera en las proximidades de Andoain se detectó a una persona que se ajustaba con la descripción del prófugo que restaba por detener. Los primeros agentes no uniformados que llegaron trataron de darle el alto, a lo que se negó en una actitud “bastante agresiva”, lo que provocó varios “disparos al aire preventivos”, según las mismas fuentes en un relato confirmado por Seguridad.
Fue un agente veterano de la comisaría de Hernani que precisó de atención médica en una mano quien terminó por arrestarlo en “un cuerpo a cuerpo” cuando trataba de huir por una vía lateral y que supuso que ambos cayeran por un pequeño badén, donde fue reducido.
Al margen de las causas pendientes que puedan tener con la Justicia gala, los dos arrestados en Gipuzkoa pasarán a disposición judicial acusados de delitos de “atentado a agentes de la autoridad, desobediencia grave y contra la seguridad vial”, según el comunicado que emitió la Ertzaintza a última hora de la tarde de ayer.
Segunda tras Irun Esta persecución por las carreteras guipuzcoanas sucedió apenas 24 horas después de que otro huido de un control en Biarritz y otro en Biriatu, y cruzara el Bidasoa hasta llegar a Irun. Con una rueda reventada, se metió por el barrio de Anaka a primera hora de la tarde y con una de las ruedas del Seat León Cupra reventada. Tras abandonar el vehículo, prosiguió su huida a pie con dos bolsas y la Ertzaintza movilizó agentes expertos en diversas materias, incluida la de explosivos. A primera hora de la tarde, el varón -también con rasgos magrebíes, lo que como ayer alimentó las especulaciones en torno a los huidos por los ataques de París-, fue localizado y arrestado.