Baikonur (kazajistán) - La Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa Roscosmos se sumaron ayer al sueño de conquistar Marte con el lanzamiento de la misión ExoMars 2016, la primera de dos aventuras espaciales que colocarán ingenios científicos en el suelo del planeta rojo con la esperanza de encontrar rastros de vida.

La ExoMars 2016 emprendió ayer un viaje interplanetario de siete meses con destino al planeta vecino a bordo de un cohete Protón-M desde el cosmódromo ruso de Baikonur, en territorio kazajo. “Estamos camino a Marte. Excelente”, declaró el director general de la ESA, Jan Woerner, nada más producirse el despegue.

El cohete llegará a Marte el próximo octubre, cuando la distancia entre el planeta rojo y el azul sea de unos 175 millones de kilómetros. Al aproximarse a la atmósfera marciana el módulo superior de la nave expulsará la sonda Schiaparelli, un pequeño laboratorio científico de 600 kilos de peso que descenderá hacia el planeta rojo a 21.000 kilómetros por hora.

Cuando se encuentre a unos 11 kilómetros del suelo y haya reducido su velocidad hasta 1.650 kilómetros por hora, Schiaparelli desplegará un paracaídas para ralentizar el descenso y se desprenderá de dos fundas de protección térmica frente a las temperaturas de 1.500 grados centígrados de la atmósfera marciana.

A solo dos metros de tocar suelo, se activará un sistema de propulsión líquida que reducirá la velocidad del módulo hasta los 7 kilómetros por hora. A continuación se apagarán los motores y tomará tierra en caída libre. - Efe