MADRID. La Policía Nacional ha liberado a dos mujeres búlgaras obligadas a ejercer la prostitución en el polígono Marconi de Madrid en una operación en la que han sido detenidos dos miembros de una organización de la misma nacionalidad.
Además se ha solicitado una orden europea de detención para otros dos implicados que huyeron a Italia y Bulgaria, informa la Dirección General de la Policía.
Las víctimas, captadas en Bulgaria, aprovecharon un descuido de los controladores y lograron denunciar los hechos en una Comisaría cercana.
El control sobre las víctimas era de 24 horas y las jornadas dedicadas al ejercicio de la prostitución comenzaban sobre las diez de la mañana y no finalizaban hasta al menos las once de la noche.
Las investigaciones se iniciaron con la denuncia de las víctimas en Comisaría, que tras sortear la vigilancia de sus explotadores pusieron en conocimiento de los agentes la situación en la que se encontraban.
Ambas habían sido captadas en Bulgaria mediante engaños. A una de ellas le prometieron un trabajo de camarera en España que nunca llegó y la segunda fue embaucada mediante el método del "lover boy", en el que un miembro de la organización fingió haberse enamorado de ella, llegando incluso a contraer matrimonio, para obligarla posteriormente a prostituirse.
Aunque las dos víctimas habían sido captadas de forma individual y con distintos métodos, la forma de tratarlas una vez en España siguió los mismos patrones.
Ambas llegaron a España en avión, una hacía tres meses y otra apenas una semana, con un billete facilitado por el grupo y fueron recogidas en el aeropuerto por miembros de la organización.
Una vez en España fueron conducidas a un domicilio en el que les explicaron que habían contraído una deuda que debían saldar mediante el ejercicio de la prostitución en el polígono Marconi.
La mujer que estaba casada con uno de los miembros del grupo debía mandar dinero a Bulgaria para pagarle a su marido el billete de avión a España, a lo que accedió al desconocer todavía que éste formaba parte del entramado.
El hombre la convenció para que siguiera prostituyéndose con el fin de lograr una vivienda para ambos a su regreso a Bulgaria y así poder tener una vida mejor.
Cuando ella mostró reticencias sobre el control del dinero recaudado, éste la amenazó y le rompió la documentación, momento en el que ella descubrió que él formaba parte de la organización que la explotaba.
Cuando la primera víctima llevaba apenas tres meses en España, llegó la segunda mujer, a la que desde el inicio agredieron físicamente y sufrió violaciones de uno de sus explotadores.
El control ejercido por las víctimas era de 24 horas y las jornadas dedicadas al ejercicio de la prostitución comenzaban sobre las diez de la mañana y no finalizaban hasta al menos las once de la noche. Las mujeres además eran vigiladas por otra mujer que también ejercía la prostitución con ellas.
La investigación, en colaboración con autoridades búlgaras, ha permitido la identificación de los explotadores, tres en total, además de la mujer encargada de controlar a las víctimas mientras se prostituían.
Sin embargo, mientras se lograba dicha identificación, dificultada porque las víctimas apenas conocían datos de estas personas, los integrantes de la organización huyeron de España.
Gracias a la colaboración internacional se pudo averiguar que dos de ellos habían regresado a España y pudieron ser detenidos, mientras que sobre los otros dos ha sido solicitada una orden europea de detención y entrega.
Esta operación se enmarca en el plan de la Policía Nacional contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, que en enero de 2015 inició su segunda fase.
Durante dicho año se han llevado a cabo 211 operaciones, en las que se ha identificado a 520 mujeres como víctimas de trata, ascendiendo a 690 el número total de detenciones.