Madrid - Los ministros de Interior e Inmigración de la Unión Europea centraron ayer su discusión sobre el impacto del acuerdo para deportar refugiados a Turquía y el cierre de la ruta de los Balcanes occidentales al paso de inmigrantes irregulares, ante el riesgo de que estas medidas favorezcan “rutas alternativas” que redirijan la huida de los demandantes de asilo hacia países del sur como Albania, Italia y España.

“Tenemos que estar muy alerta sobre las rutas alternativas y creo que es bueno que discutamos medidas para evitarlas, mejor que esperar a que ocurra y luego reaccionar”, declaró el ministro holandés de Inmigración y presidente de turno de la UE, Klaas Dijkhoff, a su llegada a la reunión con sus socios europeos en Bruselas.

Uno de los países que podrían verse más afectados por un cambio en la dirección del flujo migratorio es Italia, aunque su ministro de Interior, Angelino Alfano, admitió que “no hay pruebas por el momento” que apunten a un incremento significativo en las llegadas irregulares al país.

En opinión de Alfano, es necesario seguir avanzando en la cooperación con países de la región -y por ello viajará en próximos días a Albania-, pero consideró esencial “controlar” la salida de refugiados desde Turquía, porque ello servirá para “desinflar el riesgo” de más presión en los Balcanes, “divisiones” en Europa y un desvío del flujo hacia el sur.

El ministro alemán de Interior, Thomas de Maiziere, también expresó “preocupación” por la posible creación de “otras rutas”, por ejemplo desde Libia hacia Italia, y apostó por trabajar para prevenirlo.

“NO BAJAR LA GUARDIA” En la misma línea, el español Jorge Fernández Díaz reclamó “no bajar la guardia” y evitar que las medidas para frenar el flujo migratorio en los Balcanes se traduzca en una ruta alternativa hacia el sur. “Estaremos muy atentos, porque eso sería trasladar el problema”, indicó.

Mientras, la titular austríaca, Johanna Mikl-Leitner, defendió la decisión de su país de cerrar el paso a los inmigrantes irregulares: “El paso migratorio descontrolado tiene que pasar a la historia en la ruta de los Balcanes”. “Lo más honesto es decir a los inmigrantes que la ruta está cerrada, así no se despiertan esperanzas”, zanjó.

El comisario de Interior e Inmigración, Dimitris Avramopoulos, por su parte, recalcó la necesidad de que los Estados miembros se impliquen más en los programas europeos para acoger a demandantes de asilo y refugiados. “Si queremos cerrar la puerta de atrás ilegal, tenemos que abrir una ventana regular y legal. De lo contrario, veremos a inmigrantes y traficantes intentando encontrar rutas nuevas”, explicó.

Las críticas recibidas por la UE por su pacto con Ankara para deportar a Turquía a todos los inmigrantes irregulares llegados a Grecia, incluidos los demandantes de asilo, también forman parte de la discusión de los ministros, aunque no se tomarán decisiones porque las negociaciones para cerrar el acuerdo siguen en curso.

“Hay críticas, pero con críticas uno no avanza”, replicó el alemán De Maiziere a las preguntas sobre las dudas legales que despierta el pacto. El ministro recordó que Turquía tiene “obligaciones” con el Derecho Internacional y pidió “respeto” para las autoridades turcas por su esfuerzo para atender a los más de 2,5 millones de asilados instalados en su territorio.

Su colega austríaca, sin embargo, avisó de que existen “muchas preguntas, tanto legales como prácticas”, por resolver. “Primero pone bajo control un periódico y días después nos presenta una lista de deseos y se le premia con aceleración de visados. Ahí sí me pregunto si nosotros olvidamos nuestros valores”, indicó Mikl-Leitner. - Efe

Atrapados. El cierre de la ruta de los Balcanes a los inmigrantes ha dejado a unas 430 personas desesperadas, principalmente sirios e iraquíes, atrapados en una embarrada tierra de nadie entre Macedonia y Serbia.

Tsipras critica a Tusk. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, criticó al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, por aplaudir el cierre de fronteras en los Balcanes a los miles de refugiados que continúan llegando a Grecia desde Turquía.

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