vitoria - Nueve de cada diez enfermos vascos de hepatitis C que reciben los nuevos antivirales de segunda generación se curan. De hecho, Osakidetza ha constatado cómo gracias a estos tratamientos administrados durante doce semanas, el virus desaparece de la sangre. Una vez terminada la terapia, tres meses después, los facultativos realizan una determinación de virus en sangre y si el resultado es negativo la persona ya está curada. Es la prueba clínica definitiva, medir la carga viral a las 12 semanas de concluido el tratamiento.

Desde el pasado 1 de enero, Osakidetza ha tratado a 1.479 de los 2.367 enfermos que el grupo de expertos liderado por el hepatólogo Joan Rodés ha fijado para tratar en Euskadi hasta 2017. Esta cifra, que aumenta cada semana, supone que actualmente han recibido los fármacos más de 60% de los afectados en el objetivo fijado para cumplir en el País Vasco en el plazo de tres años. La noticia más positiva es la alta tasa de curación obtenida en los pacientes tratados: nueve de cada diez. Un porcentaje que se mantiene también en el caso de los pacientes de VIH coinfectados de hepatitis C que se han visto liberados de esta última enfermedad.

La media de edad de los enfermos a los que se les han suministrado estos medicamentos es de 55 años y el 74 % de todos ellos son varones. Hay que señalar asimismo que los pacientes que se están atendiendo se contagiaron en la década de los 80 y los 90, con lo cual la antigüedad de la infección es de 25 o 30 años. Y es que actualmente hay muy pocas infecciones de hepatitis C y están sobre todo centradas en usuarios que comparten jeringuillas.

En reconocimiento a su contribución médica, el doctor Daniel Zulaica, coordinador del Plan Vasco del sida y las ITS y también de la estrategia contra la hepatitis C, además de miembro del grupo de expertos del Plan estatal para el abordaje de la hepatitis C, recibió ayer la Encomienda de la Orden Civil de Sanidad por parte del Ministerio.

Terapias por las nubes El altísimo precio de los nuevos fármacos obliga a priorizar los tratamientos. De hecho, se estima que sólo este año Osakidetza se gastará 25 millones de euros en las nuevas terapias. Por ello los expertos coinciden en que el elevado coste obliga también a administrarlos de manera gradual, priorizando los casos más graves. Aunque el precio no es de dominio común ni se ha hecho público, el tratamiento básico de tres meses de Sovaldi (uno de los medicamentos más prometedores y una de las primeras terapias en proporcionarse) rondaría los 23.600 euros.

De hecho, el director de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Antonio Arraiza ya aseguró el pasado mes de octubre en el Parlamento Vasco que “se seguirá tratando paulatinamente a todos los pacientes como se ha hecho hasta ahora, atendiendo única y exclusivamente a criterios médicos y de equidad”, lo que significa “priorizar con la máxima celeridad y rigor a las personas más graves, en línea, por otra parte, con la estrategia definida por el Ministerio de Sanidad para los próximos tres años”.

En el resto de España, ya hay más de 30.000 personas en tratamiento, los enfermos más graves, que tienen fibrosis más avanzadas y que pueden presentar más complicaciones.

El propio Daniel Zulaica ha reiterado la necesidad de ser prudentes a la hora de implementar las nuevas terapias. “El virus de la hepatitis C es uno pero hay muchos tipos sensibles a distintos tipos de medicamentos. Por ejemplo si estas infectado por el VIH, puede haber interferencias de fármacos, lo mismo puede suceder con los trasplantados que pueden presentar interacciones. Por eso hay protocolos ordenados y prudentes para que no haya problemas”, asegura.

Osakidetza ha echado el resto para poner a disposición de los pacientes los nuevos tratamientos antivirales de forma segura. Por ello ha elaborado una estrategia, que contempla objetivos específicos y acciones concretas, que fue puesta en marcha por el consejero de Salud, Jon Darpón, a través de la orden que firmó el pasado mes de febrero y que ha permitido ofrecer desde entonces una respuesta más coordinada y eficiente a los retos que plantea la hepatitis C.

Así, la estrategia contempla, entre otros, el conjunto de criterios, protocolos de actuación, procedimientos de intervención y recursos, cuya coordinación, control, evaluación y seguimiento se realizará a través de una estructura organizativa específica coordinada por Zulaica y que incluye: un comité directivo; un comité clínico asistencial; y un comité social y de participación ciudadana.