donostia - El Departamento Vasco de Salud elevó ayer a trece el número de personas afectadas por el empleo de material quirúrgico que presuntamente se encontraba en mal estado durante operaciones oftalmológicas realizadas en hospitales públicos y centros privados de Euskadi. Según explicó el departamento que dirige Jon Darpón, los afectados quedaron ciegos del ojo intervenido después de que, durante la operación, fuera utilizada un material quirúrgico de un lote en particular que supuestamente se encontraba en mal estado y que ya ha sido retirado del mercado.
Osakidetza hizo público ayer un comunicado en el que informó de que ha abierto una investigación para determinar lo ocurrido con una serie de pacientes que, tras haberse sometido a operaciones por desprendimiento de retina el pasado mes de junio, han perdido visión completa del ojo intervenido. Esta investigación viene precedida por las denuncias de cuatro pacientes que alegaban haberse quedado ciegos tras la citada operación.
Estos hechos afectan a trece personas en Euskadi, de las cuales ocho fueron intervenidas en el Hospital Donostia; cuatro, en el centro privado Begitek; y uno, en el Hospital de Cruces.
El consejero de Salud, Jon Darpón, abrió una lanza en favor de los profesionales que llevaron a cabo las operaciones y defendió que actuaron “con diligencia”. Así, el responsable vasco de Salud achacó esta “desgracia” a la utilización de un lote de material sanitario, perfluoroctano, de una casa comercial alemana, que supuestamente se encontraba “en mal estado”.
Darpón señaló que su departamento “acompañará” a los afectados, a quienes está realizando “seguimiento clínico continuo”.
Este periódico se puso ayer en contacto con la responsable del Hospital Donostia, Idoia Gurrutxaga, centro en el que se concentra el mayor número de afectados por el empleo de perfluoroctano en mal estado, quien explicó que fueron los sanitarios de este centro quienes levantaron la alerta con respecto a este material tóxico. “Realizamos muchas intervenciones quirúrgicas, más de 7.500 cirugías oculares, de las que 400 suelen ser de vítreo-retina. Somos un centro de referencia y de repente los profesionales se dan cuenta de que algo está ocurriendo, que se está realizando la intervención igual que siempre, con los mismos cirujanos, pero que la evolución de los pacientes no está siendo normal”, explicó Gurrutxaga.
Esto llevó al equipo del Hospital Donostia a sospechar que es el material quirúrgico el que estaba fallando y a suspender el uso del mismo. Asimismo, el hospital puso la situación en conocimiento del servicio de farmacovigilancia de Osakidetza, que a su vez trasladó su preocupación a la Agencia Española de Medicamento y Producto Sanitario, que procedió a decretar la alerta a nivel europeo y a retirar el medicamento. “Fueron nuestros profesionales los que tuvieron la sospecha, levantaron la alerta que sirvió para el resto de profesionales”, destacó Gurrutxaga.
contacto permanente Desde entonces, el Hospital Donostia ha mantenido “contacto permanente” con los ocho pacientes afectados, a los que viene sometiendo a revisiones clínicas mensuales para analizar su situación. “Cada cirujano explicó a los pacientes a los que había intervenido cuál era la situación, las sospechas que teníamos, lo que estaba ocurriendo... Y nos hemos puesto a su disposición desde el primer momento para cualquier cosa que necesiten”, señaló, al tiempo que añadió que “los servicios jurídicos del hospital han abierto procedimientos de responsabilidad patrimonial y también están en contacto tanto con los representantes legales de cada uno, así como con los propios pacientes por si quiere ponerse en contacto con ellos”.
Y es que la situación de los afectados es bastante dramática, al perder la visión en el ojo operado. “Se ha producido una lesión en las células de la retina y del nervio óptico que produce una ceguera del ojo que se ha intervenido”, indicó Gurrutxaga, quien no obstante, trató de tranquilizar a los pacientes que durante los últimos meses se hayan sometido a esta operación. “Desde el primer momento que identificamos que el producto podía ser tóxico lo dejamos de utilizar y empezamos a utilizar otro. De todas aquellas personas que se trataron en aquella época, es muy improbable que aparezcan nuevos casos porque se ha hecho una revisión exhaustiva de todos ellos y ninguno más ha presentado síntomas”, aclaró.
Por su parte, el bufete de abogados Gómez Menchaca, especializado en derecho sanitario y encargado de defender los intereses de muchos de los afectados, tanto en Euskadi como en el resto del Estado, se mostró “satisfecho” con el reconocimiento, por parte de Osakidetza del perjuicio causado a estas trece personas.
“Estamos muy satisfechos de que por fin Osakidetza haya confirmado estos casos. Los afectados están contentos porque al final están teniendo explicaciones coherentes y razonadas de lo que les está pasando y el perjuicio tan grande que están teniendo”, afirmó el letrado Carlos Gómez Menchaca.
Sin embargo, desde este bufete echan de menos “la asunción de responsabilidad” por parte de Osakidetza, ya que, a su entender, “el Servicio Vasco de Salud, como prestataria del servicio, sí tiene una responsabilidad en esta situación”.
Este bufete ha iniciado ya los expedientes de reclamación patrimonial de varios de los afectados, que según el letrado “avanzan satisfactoriamente”, hasta tal punto que alguno de los interesados ya ha sido citado para que se le realice una valoración económica del perjuicio causado.