“Los gobiernos tienen que aprender a trabajar de la mano de los agricultores”

¿Qué papel juega hoy día la agricultura familiar en Euskadi?

-Cuantitativamente no es muy importante, cualitativamente, mucho, porque produce gran parte de los alimentos que consumimos, que son alimentos de cercanía y de calidad. Da vida a muchas familias, mantiene el medio ambiente y son gestores del territorio. Es un sector muy importante que además nutre a la industria agroalimentaria. Su papel es clave.

¿Las instituciones están implicadas con el sector?

-Eso es como todo... Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Los que están en este momento de responsables en las instituciones están concienciados y comprometidos y están haciendo lo que pueden para abordar los problemas y para que todos los sectores del mundo agrario tengan futuro. Yo les veo muy implicados y muy comprometidos.

¿Y la ciudadanía es consciente de las bondades de los productos de cercanía?

-Yo creo que cada vez damos más valor a la alimentación como fuente de salud. El agricultuor de aquí está siempre luchando entre la calidad y el precio. Generalmente ofrece calidad pero tiene unos costes que a veces no puede abordar con los precios que hay. Hay campañas que hacen que el consumidor vaya a lo más barato olvidándose de lo que es la relación precio-calidad.

¿Las nuevas generaciones apuestan por dedicarse a este sector?

-Optar por la agricultura es optar por la incertidumbre. Un agricultor nunca sabe si lo que ha hecho va a ser rentable hasta el final, hasta que cobra el producto . A veces puede tener una buena producción pero le falla el precio, o la climatología le deja todo destrozado... En esta sociedad en la que optamos todos por la máxima seguridad, el combinar el futuro con una cierta incertidumbre, no es lo más apetecible para muchísima gente. Afortunadamente hay jóvenes a los que les gusta el oficio, les gusta la contribución que van a hacer y consideran que puede ser un medio de vida. Es importanet es que las instituciones y que las organizaciones implicadas en este ámbito hagamos lo imposible para que tengan un futuro adecuado, lo más conforme posible con el entorno en el que se van a mover.

¿Y si comparamos el sector en Euskadi con el resto de Europa?

-Europa es fundamentalmente agricultura familiar. Hoy aquí se ha hecho un primer esfuerzo de tipificación de la agricultura familiar, porque a veces se entiende que el término se refiere a la agricultura de subsistencia, pero agricultura familiar hay pequeña, mediana y grande, y lo que significa es que hay un entorno familiar que está implicado con el futuro de una explotación agraria. Eso en Euskadi es muy mayoritario, pero en Europa también, y en la mayor parte del mundo. Actualmente hay ciertas tendencias de acaparamiento de tierras, hay ciertas compañías que están entrando. En Sudamérica existen, por ejemplo, los famusos pool de siembra, pero afortunadamente, son minoritarios y además son mucho menos estables que lo que es la economía familiar, donde hay un gran compromiso con el medio y el largo plazo.

Foros como es que el que se celebra en Derio, ¿hasta qué punto son efectivos para que se materialicen políticas de apoyo al sector?

-Lo que primero que tiene que haber es conciencia de una realidad y después, un compromiso. El primero que tiene que comprometerse es el propio sector, los propios agricultores, sus organizaciones. Luego hay que intentar implicar a los gobiernos, a los organismos internacionales, y en eso estamos. Que el ganadero o el agricultor se sienta orgulloso de lo que es, no es trabajo de un día. Los gobiernos tienen que aprender a trabajar de la mano de los agricultores, no tienen que decirles lo que deben hacer sin contar con ellos. Es importante que haya un diálogo participativo. Y que los organismos internacionales velen por los procesos; que no hagan cuatro cosas que quedan muy bonitas, sino que hagan cosas eficaces que sean duraderas en el tiempo.