lille - “Nos despertamos de repente al escuchar un fuerte impacto”, declararon algunos de los estudiantes vascos que salieron ilesos del grave accidente de autobús sufrido en la madrugada de ayer a las afueras de la ciudad francesa de Lille. Estos jóvenes, la gran mayoría de ellos estudiantes de la UPV/EHU, reconocen que “tuvieron suerte”, no como la que corrieron los que estaban sentados en la zona trasera del autocar “que se llevaron la peor parte”.

De las 59 personas que viajaban en el autobús, 35 requirieron atención sanitaria, unas 20 pudieron ser dadas de alta a lo largo del día de ayer, 6 se encuentran graves pero estables y otras 8 tienen heridas leves. El autobús, en el que viajaban 53 estudiantes, dos conductores y cuatro acompañantes, había partido el sábado por la noche de Bilbao, había hecho una parada en Donostia para recoger pasajeros y se dirigía a Amsterdam, donde los jóvenes iban a pasar una semana. Los planes de vacaciones de todos estos estudiantes se truncaron repentina y dramáticamente por culpa -al parecer- de un GPS y de un túnel demasiado bajo para la altura del vehículo en el que viajaban.

“Iba durmiendo. Ha sido fatal. Nos hemos despertado y no sabíamos si el autobús había volcado, ni dónde estábamos. Había barras y escombros por el suelo, cristales... Muy mal”, explicaba otro joven viajero afectado aún por el shock.

“escena de caos” El autobús se empotró a la entrada de un túnel del Grand Boulevard de la periferia de Lille, a la altura del municipio de La Madeleine. El vehículo, de una planta y 3,70 metros de altura, quedó “decapitado” e incrustado en mitad un túnel de tan solo 2,60 metros en un golpe “extremadamente violento” que provocó una escena de “caos apocalíptica”, según explicó a Efe François Ducrocq, el psiquiatra que dirige la célula de atención médico-psicológica que se hizo cargo de la atención de los pasajeros. “Podría haber sido muchísimo más grave. Les ha salvado que estaban dormidos, reclinados, y que su cabeza no sobresalía de los asientos”, añadió el doctor.

Los 53 jóvenes que viajaban a Amsterdam -de entre 18 y 25 años la mayoría, aunque había una menor de 17 años- habían contratado el viaje con la agencia Livingstone, con sede en Bilbao. El viaje, de una semana de duración -del 25 de julio al 1 de agosto- incluía el traslado desde Euskadi a Amsterdam en autocar -en esta ocasión de una empresa de Bermeo- y la estancia en un camping cercano a la ciudad holandesa. Entre los jóvenes -muchos de ellos estudiantes de la UPV/EHU ya que un club de viajes próximo a la Universidad (Anyway) trabaja con esta agencia-, los había procedentes de muchas localidades vascas.

La impresión de que el accidente podía haber sido mucho más grave la dan las imágenes que muestran el estado en el que quedó el vehículo y las declaraciones de quienes pudieron verlo poco después del impacto. En declaraciones al diario Le voix du Nord, el alcalde de La Madeleine, Sébastien Leprêtre, indicó que el accidente “podría haber sido aún más grave porque los reposacabezas de algunos asientos quedaron completamente seccionados”.

“Ha pasado todo el techo por encima de nuestras cabezas. Yo me he dado un raspón y no me ha pasado nada por casualidad. Cuando me he ido a levantar me he pegado contra el puente porque no sabía dónde estábamos”, narró ayer a los medios de comunicación uno de los estudiantes vascos, al que el suceso “no se le olvidará nunca”.

situación de los heridos El Gobierno vasco confirmó ayer que en el siniestro resultaron heridas 35 personas, de las que inicialmente seis tenían pronóstico más grave, y tras las primeras horas dos heridos seguían muy graves. Uno de los heridos de gravedad es un joven varón con traumatismo craneal, mientras que la otra es una joven con traumatismo abdominal. A última hora de la tarde de ayer permanecían ingresadas 18 personas, mientras que otras 17 ya habían sido dadas de alta. En un comunicado, el Ejecutivo vasco explicó que los hospitales de Euskadi están preparados para recibir a los heridos cuyo traslado aconsejen las autoridades sanitarias francesas, pero también puntualizó que, de momento, los responsables sanitarios galos han desaconsejado su traslado. La recomendación -explicaron fuentes del Gobierno Vasco- “pasa por estabilizarlos, controlarlos y observar su evolución en las próximas horas antes de tomar decisiones respecto a su traslado”.

El médico psiquiatra que dirige la célula de atención médico-psicológica levantada a consecuencia del accidente detalló que las próximas “12 a 24 horas serán determinantes” para el pronóstico de los heridos graves, que están en el servicio de Reanimación. Ducrocq calificó su situación de “peligrosa” y añadió que entre el resto de heridos leves hay personas con fracturas de nariz, de clavícula, luxaciones en la espalda, hematomas y otras heridas. A esas personas se les está dando de alta progresivamente, y junto a ellos están los equipos de asistencia psicológica con algunos traductores, por si fuera necesario. El accidente, tal y como detalló Ducrocq, fue “extremadamente violento”.

Por su parte, el Gobierno Vasco aseguró que disponía de la lista completa de los viajeros heridos y se había puesto a disposición de las familias o allegados para informarles sobre la situación en la que están sus familiares a través del Departamento vasco de Seguridad. En cuanto a los pasajeros accidentados que están en el Complejo deportivo de Romarin en la ciudad de Madeleine, el Ejecutivo autonómico precisó que están “bajo supervisión médica y con ayuda psicológica”. A los jóvenes que habían resultado ilesos se les fueron uniendo los que recibían el alta en el Hospital Universitario de Lille. Según explicó el Gobierno Vasco, estos pasajeros eran trasladados desde esa cuidad hasta Madeleine, en cuyo polideportivo había ayer por tarde 45 personas. Estaba previsto que estos 45 pasajeros pasaran la noche en esta localidad a la espera de su traslado a Euskadi, probablemente hoy por la mañana.

regreso Un representante del Gobierno Vasco se ha trasladado a Madeleine para coordinar hoy el regreso de los pasajeros que no estén hospitalizados. En principio el traslado se realizará en tren desde el lugar del accidente a Hendaia y, una vez allí, se trasladará a cada uno hasta su punto de origen. A su llegada a Hendaia, los pasajeros afectados por el accidente serán atendidos por equipos expertos de intervención, incluidos psicólogos.

El conductor del autobús siniestrado en el túnel admitió haberse fiado del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta, según dijeron fuentes oficiales. Este hombre, nacido en 1956, aseguró durante su interrogatorio ante la Fiscalía de Lille (que ha abierto una investigación por “heridas involuntarias”), haber confiado en la dirección marcada por el sistema de GPS del vehículo. La dirección por la que le llevó ese dispositivo le hizo pasar a la altura del municipio de La Madeleine por un túnel demasiado bajo, de 2,6 metros de alto, que cercenó el techo del vehículo -que medía 3,70 metros- y lo dejó incrustado en mitad de ese pasaje.

La Fiscalía, según fuentes de la Delegación del Gobierno local, busca determinar las circunstancias del accidente y por qué el conductor no estuvo suficientemente pendiente de las señales de tráfico. Según Jean-René Lecerf, presidente del Consejo departamental de Lille, la zona cumplía con la normativa pero carecía de medidas de seguridad suficientes. Añadió que todos los avisos exigidos por el código vial estaban presentes, pero que faltaba un dispositivo adicional y no obligatorio, una especie de pórtico con láminas metálicas colocado 150 metros antes del túnel, que impacta contra el vehículo que supera esa altura y le alerta para frenarlo.

“Cada vez que hay un vehículo pesado que choca contra él queda inmediatamente invalidado. Hace falta un mínimo de tiempo para reemplazarlo”, indicó Lecerf, que baraja la hipótesis de que un incidente reciente obligara a quitarlo.