Resido en un edificio donde compartimos comunidad 50 vecinos, 50 familias. La inmensa mayoría es “buena gente”, cumplidora, que cuida y se preocupa de que las cosas estén bien y podamos vivir sin tener que soportarnos mucho los unos a los otros; vamos, lo habitual en las grandes ciudades.
Sin embargo, siempre hay alguno que la lía; en nuestro caso hay 3 que hace mucho tiempo no pagan sus cuotas, por mucho que de buenas maneras les hayamos invitado a que cumplan con aquellos compromisos que ellos mismos asumieron al formar parte de la comunidad. Este año el tema se ha complicado un poco más al tener que hacer obras en el tejado del edificio porque todos los pisos de arriba tienen un montón de humedades y hay que reparar casi todo el tejado.
Pues más leña al fuego, el esfuerzo económico es alto para todas las familias, pero es lo que tiene el vivir en comunidad y todos lo sabemos. Llevamos meses poniendo dinero puntualmente para acometer la obra antes de que vuelvan las lluvias, y lo que nos temíamos ha sucedido: esos 3 magníficos vecinos no han puesto un euro. Hay dos más que por su situación no han completado los pagos pero han dado la cara y se han comprometido a ir poco a poco cumpliendo con lo acordado, pero de esos 3 sólo sabemos que siguen disfrutando de su vivienda, del confort de la comunidad y por lo visto, de la caridad del resto de vecinos.
Como todo en esta vida tiene un límite, hemos tenido que abrir reclamaciones judiciales a estos 3 vecinos, tras varias reuniones y debates. Hay quien dice que hay que echarles de la comunidad; hay quien dice que son familias con hijos y que hay que comprenderles. Ellos, mis 3 vecinos, dicen que nadie les puede obligar a irse y que no pueden ni quieren pagar, llegando la situación ya a un límite casi insostenible. Qué hacer es la clave, cuál es el mejor procedimiento para que puedan pagar lo que deben y así el resto de la comunidad rescatar de alguna manera lo que hemos puesto, debe ser el objetivo, pero la situación se agrava y además, no parece haber ningún interés en pagar por parte de estos 3 remisos vecinos.
Nuestra comunidad no se llama Europa ni estos vecinos son griegos, pero a escala doméstica el asunto es calcado. Solamente hubiera faltado que estos vecinos caras, dijeran que iban a hacer este domingo una consulta en casa, para ver si pagan o siguen viviendo de la sopa boba sin cumplir con aquello que se habían comprometido y disfrutando de unas comodidades pagadas por otros.
Algo tendremos que hacer en mi comunidad y en la Unión Europea, esto no puede seguir así, ni el resto de vecinos y de países de la Unión somos una ONG y tampoco puede cundir el ejemplo de que al que no paga sus compromisos no le pasa nada. Es cierto que como humanos que somos nos debemos ayudar y entendemos situaciones complicadas, y todo se puede hablar y renegociar. En el caso griego sin duda desmanes anteriores tienen estas consecuencias y tal vez, un país pobre, económicamente, como Grecia, ha intentado vivir como un rico Europeo gracias a su situación estratégica en el Mediterráneo, pero este desmán no puede ni debe ser infinito.
Situaciones endemoniadas pero situaciones que hay que solucionar, nadie queremos ser verdugos de nadie, pero también se lleva igual de mal que alguien se ría en tu cara y viva del esfuerzo de los demás. Mis 3 vecinos tienen todavía posibilidad de solucionar las cosas, nuestros vecinos los griegos también, sólo hay que poner por las dos partes encima de la mesa el principio básico de “no hacer lo que no te gustaría que te hicieran”, y a partir de ahí trabajar en solucionarlo.