donostia - ¿En qué situación se encuentran los menores extranjeros no acompañados que llegan actualmente al Estado?
-El problema que nos encontramos es que no están accediendo al sistema de protección porque la Fiscalía no está dando como válidos los documentos oficiales de estos niños. Les hacen pruebas de edad -una radiografía de la muñeca y una exploración de los genitales- y con eso la Fiscalía dicta decretos que establecen su mayoría de edad. Así, aun siendo menores de edad, no acceden al sistema de protección.
¿Esas pruebas no ofrecen resultados fiables?
-Para nada. Hemos mantenido contactos con muchos médicos forenses, que nos han trasladado la ineficacia de esas pruebas y la poca fiabilidad que ofrecen. Hay que tener en cuenta que el artículo 35 de la Ley de Extranjería es clarísimo al respecto: las pruebas se deben realizar solo en aquellos casos en los que se duda de la minoría de edad estos chicos, y además deben estar indocumentados. Las pruebas, sin embargo, se practican aleatoriamente.
¿Hay muchos menores viviendo en la calle?
-Muchísimos. En la fundación llevamos defendidos más de ochenta casos solo en Madrid, y hemos elaborado un informe con una muestra de cuarenta. Lo más fuerte de todo ello es que ya hay cinco sentencias del Tribunal Supremo que dejan clarísimo que no se pueden realizar pruebas de edad a niños que disponen de un pasaporte o partida de nacimiento válido en su país de origen. La ley dice que ese documento, con que sea legal en su país, tiene que valernos.
Y las sentencias no se cumplen...
-Así es. se han sentado todos los ministros con el Fiscal General del Estado y han firmado un protocolo que legaliza todas estas pruebas. Es lo que se está aplicando ahora. Es lo que ocurrió con el chaval acogido por Aitor Arregi, del restaurante Elkano de Getaria. Iba a ser expulsado, le iban a aplicar un decreto de mayoría de edad, pero me opuse ante la Fiscalía. Le llamé al Fiscal jefe de Extranjería y le dije que iba a convocar a todos los medios de comunicación porque ese niño tenía pasaporte de Bangladesh original. Al final le dejaron entrar. A muchos menores se les modifica la edad sin asistencia letrada ni derecho a recurrir y defenderse.
¿Cómo le conoció a la periodista de ‘La Vanguardia’ Cristina Jolonch?
-Era un contexto complicado para los menores. En el año 2009 habíamos conseguido bajar a un niño cinco minutos antes de que despegara un avión. Era una época de muchas expulsiones ilegales. En ese contexto le encargaron a Cristina realizar un reportaje sobre la situación de estos niños en España. Le pusimos en contacto con Lhoussaine, a quien la administración le había dejado en la calle sin permiso de trabajo. A raíz de aquella entrevista surgió el resto.