Bilbao- Uggo Biggerii, presidente de Banca Popolare Ética, ofrece en su publicación un verdadero instrumento de educación financiera para entender las cuestiones clave en la banca, las finanzas y la economía. El autor invita a pensar en la economía de una manera más humana mostrando claramente cómo nuestras pequeñas decisiones son importantes. Incluso mover una cuenta corriente puede ser un acto de empoderamiento, ya que nuestro dinero quizás se esté invirtiendo en proyectos que apoyen la visión del mundo que no nos gustaría promover. “A menudo, mientras nos esforzamos por una causa justa, nuestro dinero, gestionado por los bancos, está trabajando en contra de nuestra voluntad”, subraya el presidente de Banca Ética.
En sí mismo, ¿qué valor tiene el dinero?
-Tiene muchos valores, pero son las personas quienes tienen que decidir el que le dan; es posible que el valor del dinero esté en las relaciones y en el bien común que va creando, pero esto depende de cómo lo ve la gente.
¿No nacieron los bancos para ganar dinero?
-Sí. Como todas las empresas, se crearon para hacer dinero, pero no solo para eso. Hay muchos bancos que nacieron para la solidaridad. En la historia de los bancos hay numerosos ejemplos: Cajas de Ahorros, Monte de Piedad... que surgieron con un objetivo social.
¿Cuál es la diferencia entre la banca ética y la banca capitalista si todos nacieron para ganar dinero?
-La diferencia es que la banca ética tiene una misión que va más allá de ganar dinero. Los bancos sirven para el crecimiento de la economía; el banco ético se preocupa por cómo hacer crecer la economía más cercana a la gente y no la economía que mira solo al beneficio o se dedica a la especulación financiera.
Los bancos por definición son dinero-especulativos ¿Puede un banco no ser especulativo? ¿Invirtiendo en qué? ¿Cómo?
-Sí. Puede invertir en muchas cosas que no son especulativas; en organizaciones que se dedican a la agricultura biológica, al trabajo social.... son ejemplos de empresas no especulativas. También, si se va empleando en empresas más grandes, se puede mirar si esas entidades tienen una mayor sensibilidad medioambiental y social. Muchas veces las empresas que prestan esa atención son más sólidas, más seguras que otras que van buscando exclusivamente el beneficio a corto plazo.
Se lo pregunto porque los bancos siguen invirtiendo en empresas de armas o en las que utilizan a menores, en las que se deslocalizan para disponer de mano esclava...
-Porque el beneficio a corto plazo puede ser mayor; no hay reglas. La gente no se hace preguntas sobre eso. El Gobierno tampoco lo reglamenta. No es una pregunta culturalmente difusa y sí una necesidad que se tiene cada vez mayor. Por eso la gente se interesa mucho cuando se habla de Banca ética y solidaria. Una parte destacable de la sociedad entiende que puede haber unas finanzas diferentes de las que ahora están gobernando.
En España se ha rescatado a Bancos con dinero público. ¿Fue ético?
-No sé si fue ético; los bancos son necesarios; nos gusten o no, porque el Estado meterá dinero público para que el sistema bancario no se quiebre. Lo que seguramente no es ético es que se ponga dinero público para evitar la quiebra de los bancos y no se pongan reglas para que los bancos vayan invirtiendo en la economía real o no vayan a hacer operaciones en el mercado financiero que hoy son veinte veces más grandes que el Producto Interior Bruto (PIB) global. Eso es un grave problema.
¿No sería más ético rescatar a los ciudadanos?
-Seguramente sería mejor garantizar las pequeñas empresas, y a los ciudadanos que van a los bancos buscando préstamos y no garantizar a los bancos mismos. La presión del poder económico va en esa dirección. Hay un ambiente cultural que dice que la economía funciona de una manera mejor si son las finanzas/financieros las que gobiernan todo el sistema; pero esto no va a solucionar los problemas ni llegará a los ciudadanos y a las pequeñas empresas.
¿Muchos opinan que nos gobiernan los poderes financieros?
-Sí. Sobre todo que el dinero y las finanzas se regulan por sí mismas, pero no en favor de la colectividad; sino en favor de su beneficio propio.
Algunos hablan de banca responsable como sinónimo de banca ética, ¿lo son?
-No creo que sea así. No todos los bancos son iguales. Los internacionales, que no pueden quebrar porque son demasiado importantes, no son iguales que un banco cooperativo que trabaja a nivel local, o que un banco responsable o un ético. Esa es una diferencia con la cooperativa financiera que financia solo proyectos sociales. Esa es una diferencia que se debe tener en cuenta. Una distinción es la propiedad de los bancos y cómo éstos actúan con la participación de sus clientes y sus socios. Esa es una diferencia importante y una garantía también, porque un banco puede decir de sí mismo que es ético, pero si no tiene ningún socio, ningún voluntario que lo ayuda en su proceso y que lo controla, es una declaración que no tiene la posibilidad de ser verificada.
Si tuviera 60.000 euros para invertir y quisiera una rentabilidad atractiva, dígame una razón para invertir en un Banco ético y no en el HSBC
-Hoy por hoy, el tipo de interés que un banco comercial te da en tu cuenta no es alto, por eso no veo mucha diferencia a la hora de invertir en una entidad u otra. Lo que se debe entender es por qué se va a invertir en un banco u otro. Si lo haces con riesgo o sin él. Si lo haces sin riesgo, el banco ético es muy sólido; los préstamos, las pérdidas... los riegos son menores que en los bancos tradicionales, porque tienen una doble evaluación a largo plazo: económica y social-ambiental. Si quieres invertir en activos como acciones tienes otros instrumentos en el sector, como son los fondos de inversiones, que son más vigorosos.
¿Organizativamente qué diferencia a la banca ética de la capitalista?
-Fiare Banca Ética tiene una red de socios y socias organizados sobre el territorio. Una red mucho más amplia que la operatividad de la banca; que se hace de una manera voluntaria. Es una garantía del trabajo del banco, pero también es una solidaridad del banco, porque ayuda en la evaluación social y ambiental de los préstamos. Esta red organizativa trabaja, tiene relación con la parte más operativa bancaria, casi cotidiana, y eso ayuda mucho en la idea de banco ético.
Así que los trabajadores juegan un papel activo.
-Sí. Después, como banco presta especial atención a todas las cuestiones sociales/ambientales. Muchas veces son los trabajadores de la entidad los que si ven un riesgo reputacional o de préstamos que no son positivos, alertan y trabajan para darlo o hacerlo de una manera diferente. Al final tenemos claramente una inclinación de atención muy fuerte sobre la transparencia y sobre el trato que se puede discutir sobre lo que se hace con el banco. Eso necesita mucho tiempo, pero es la fuerza más grande de la banca ética. Por esto la gente nos pregunta cada vez más para acudir a la banca ética. Casi no necesitamos ni marketing.
¿Qué debería hacer la banca capitalista para transformarse en banca ética?
-Lo primero es que tendría que reconocer que quiere una economía para el crecimiento de los ciudadanos, y en segundo lugar debiera ser más transparente. No se trata de ver todas las operaciones en la web, como hace la banca ética, pero por ejemplo, sí a donde va a parar el dinero de la banca. Que puedan decir que el 30% va a la agricultura, de ella el 10% a la orgánica, el 15% a la tradicional, el 25% a otro sector. Simplemente que se explicaran. Que pudieran decir que no hacen préstamos a organismos que trabajan con productos genéticamente modificados ni en el sector nuclear ni en el armamentístico. Eso cada banco lo puede hacer. Porque no es ningún secreto, no hay ningún problema en decirlo. Sería una buena operación para empezar el recorrido hacia la banca ética. Y caso de hacerse no tiene que ser por una operación de marketing, sino después de garantizar la promesa de transparencia a nivel de prestamos y poder realizar un feedback con los socios y los clientes.
¿Cómo marcha su idea de Banca cooperativa europea ética? ¿Cuántos implicados hay?
-La idea nació por una motivación que no es comercial, sino cooperativa. Es el movimiento de Fiare en España para hacer un banco. En ese movimiento se colaboró con Banca Ética Italia y después decidimos que la banca ética de Italia iba a participar en una cooperativa internacional. Eso es un ejemplo claro de que el proceso va de abajo hacia arriba; la idea es que la forma cooperativa hoy se puede vivir de modo un poco más moderno que en el pasado; como una cooperación que se organiza sobre las ideas de finanzas alternativa y no solamente sobre la idea de pertenencias a un lugar o a un pensamiento político. Es una idea un poco más amplia del concepto de solidaridad y de cooperación. Ya tenemos casi 30 millones de préstamos hechos en estos años: en Italia contamos ya con 240 trabajadores; en España empezamos ahora a trabajar.
Syriza, Podemos... son exponentes políticos que anhelan transformar a la sociedad. ¿Cree que a través de lo político se pude transformar la banca o viceversa?
-Seguramente se necesita que la política se interese mucho más por las finanzas. Los dos partidos hablan mucho de temas financieros conectados con la deuda. Pero no es solamente eso, es problema de hacer algunas cosas en el campo financiero. Porque tenemos las tasas que son unas transacciones financieras, la Toby tax por ejemplo; la división entre el banco comercial y el banco de inversiones; las reglas sobre los productos financieros complejos; mercados sobre los que tenemos el control. Hay cosas importantes que hacer en las finanzas. Porque la crisis de la UE surge porque depende mucho de las finanzas que imponen sus reglas a la política y no al revés, como debiera ser.
¿Son los mercados los que están gobernando?
-Sí. Creo que es importante el beneficio de los buenos funcionamientos del mercado porque es un vínculo imprescindible, y porque no podemos realizar ninguna actividad social sin beneficio, sin capacidad de crear economía, pero lo que ha sucedido es que el vínculo necesario ha devenido en objetivo único: el beneficio económico y la especulación.