Busturia - Es un proyecto que coloca sus raíles a paso más lento del esperado. Pero el presidente de Aquitania, Alain Rousset , y el lehendakari, Iñigo Urkullu, se reafirmaron en que, a pesar de las complejidades que va superando la habilitación de sus tramos, el Tren de Alta Velocidad es “prioritario” para dos regiones que desean viajar en la locomotora del eje atlántico europeo. Lo hacen manteniendo una estrecha colaboración que ayer se vislumbró en la Torre Madariaga de Busturia que acogió la reunión anual de la Eurorregión, que volvió a insistir en la necesidad de mantener los plazos y la inversión para certificar la construcción de una infraestructura del transporte que generará “positivos beneficios” a pesar de las “dificultades” que se encuentran en el camino.
“El Corredor Atlántico ferroviario es una apuesta prioritaria de Europa, una necesidad prioritaria para Euskadi y Aquitania”, incidió el lehendakari, quien apostó por “avanzar” en una línea de alta velocidad para la que el Gobierno Vasco “va cumpliendo sus compromisos”. Mirando de reojo a los incumplimientos de fechas del Ejecutivo español, que a comienzos de año fijó el fin de las obras para 2019, el mandatario de Ajuria Enea volvió a insistir en la necesidad de que “el resto de agentes e instituciones implicadas” mantengan “también sus compromisos y plazos de ejecución”. No en vano, Adif -administrador de las vías ferroviarias estatales- tiene un importante papel en las obras del enlace de Gasteiz a Bilbao, el denominado nudo de Bergara, y la conexión entre Astigarraga e Irun, lo que enlazaría al TAV con la muga. Así, la celeridad que muestre el Ejecutivo de Rajoy resulta fundamental.
Con importantes tajos abiertos en suelo vasco, sin embargo el eje ferroviario atlántico se está encontrando con mayores inconvenientes en Aquitania, incluso con la dudas que el proyecto genera en el recientemente nombrado presidente del Departamento de los Pirineos Atlánticos -que agrupa a Bearn e Iparralde-, Jean-Jacques Lasserre; o los contratiempos que ha habido en la Comisión sobre las líneas de alta velocidad francesa. “No perdemos la esperanza de convencerle”, apuntó un Rousset que, consciente de que esa situación puede conllevar más demoras, aseguró que la modernización de la línea ferroviaria al otro lado de la muga -que ahondó en que fueron diseñadas en el siglo XIX- es compartida “por las fuerzas de izquierdas y de derechas”, especialmente por el recorte en horas de trayectos y la imposibilidad de que las actuales infraestructuras asuman un aumento en las mercancías. Así, abogó por dar “prioridad” a un proyecto que enlazará París y Burdeos “hasta la Y ferroviaria vasca, y hasta Madrid o hasta Portugal”, ya que “no puede ser que Burdeos y Bilbao tengan una conexión ferroviaria de ocho horas”, espetó, “frente a las menos de dos horas del futuro”.
Con unas relaciones más que engrasadas durante los dos últimos años, “la estrategia compartida y la colaboración interterritorial multiplica nuestras oportunidades de progreso”, valoró Urkullu. Con el TAV centrando la reunión, a la que asistieron la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, también se suscribieron acuerdos en educación, salud, innovación, transportes o juventud.