HOLANDA. En un artículo titulado '*Me puedes abrir la puerta?', publicado en la revista holandesa especializada en aeronáutica 'Piloot en Vliegtuig', este piloto advirtió de que existe el peligro de que un copiloto decida cerrar la puerta blindada de la cabina y no volver a permitir la entrada de su compañero.

"Gracias a las puertas blindadas extraseguras, ya no es muy difícil que un piloto impida a su compañero que acceda a la cabina."Solo tiene que esperar a que tenga que satisfacer sus necesidades naturales para no volver a abrirle la puerta nunca", aseguró Jan Cocheret en su artículo, escrito en holandés y difundido por el portal belga 7 sur 7.

"Por desgracia, esta historia atroz se ha convertido en realidad", afirmó en su perfil de Facebook Jan Cocheret, que ahora trabaja en la aerolínea Emirates, el pasado 26 de marzo, dos días después de que se estrellará el Airbus A320 de Germanwings.

En su artículo, el piloto holandés exponía que suele preguntarse quién es el compañero que vuela con él en la cabina y si puede realmente confiar en él. "Yo me pregunto continuamente quién está a mi lado. Cómo puedo estar seguro de que puedo confiar en él?", señaló.

"Tal vez le sucedió algo terrible en su vida que no está en condiciones de superar", aseguró, en un nuevo giro de su artículo que guarda similitudes con la situación del copiloto Andreas Lubitz, aquejado de problemas mentales y que, según la Fiscalía de Marsella, decidió provocar que el avión se estrellara en los Alpes.

PUERTA DE CABINA CERRADA

"Espero que después de ir al servicio nunca me encuentre delante de una puerta de cabina cerrada", escribió el experimentado piloto holandés.

"Hay una manera de entrar en cabina, por medio de un código secreto, pero si la persona de dentro desactiva esta opción, no hay nada más que hacer que sentarse con los pasajeros y esperar a ver qué pasa", auguró, relatando una situación similar a la que sufrió el piloto de la aeronave de Germanwings.

El artículo sobre los riesgos en cabina que realizó hace dos meses el piloto Jan Cocheret guarda similitudes con la reconstrucción de los hechos facilitada la semana pasada por el fiscal de Marsella, Brice Robin, quien acusó al copiloto del avión de Germanwings, Andreas Lubitz, de haberse encerrado en la cabina para hacer que la aeronave se estrellara en los Alpes.

El fiscal aseguró que Lubitz aprovechó la ausencia del piloto para ir al servicio para hacerse con el control de la aeronave, impedir el regreso de su compañero y lanzar el aparato contra las montañas, con otras 149 personas a bordo.