soy de esos a los que les gusta mirar al cielo, hacerme mil preguntas y pensar la cantidad de humanos que a lo largo de los milenios nos hemos ido preguntando lo mismo mientras admiramos la bóveda celeste. Aquí, en Euskadi, no tenemos muchas oportunidades de estar alucinando con las estrellas, satélites artificiales, planetas, estrellas fugaces etc?, ya que enseguida te entran escalofríos y humedades por todo el cuerpo, pero a lo largo del año siempre se disfruta, al menos, de una docena de fantásticos días.
Este hobby tontorrón se lo estoy intentado transmitir a mi hijo, como es obvio empezamos buscando estrellas fugaces que es lo más espectacular y te mantiene alerta. Es curioso cómo tras una estrella fugaz, crece la ansiedad y la esperanza de que tras ella viene otra y te quedas casi sin respiración observando esa misma zona del cielo. “Aita, detrás de esa viene otra ¿verdad?”? “No hijo, detrás de esas vienen miles de millones más”... “Ya, ¿pero cuándo?”... “Cuando tengan que llegar?”. Y de repente, por el rabillo del ojo se ve otra que al girar la cabeza nos queda la duda de si verdaderamente la hemos visto pasar?
Pues bien, el alcalde actual más populista y único de todas las ciudades vascas del Partido Popular, el señor Maroto, corre el riesgo de ser el segundo alcalde fugaz de Vitoria-Gasteiz, ciudad acostumbrada siempre a tener alcaldes duraderos, salvo la legislatura de Lazcoz (y por lo que parece, la actual de Maroto al que se le está gripando la moto).
Tras cuatro años absolutamente grises del alcalde, salpimentados desde hace medio año por su cruzada contra el infiel defraudador, ahora intenta sacar pecho con las inauguraciones, que están bien, pero que ninguna de estas obras las ha hecho ni él ni su partido. Sin embargo sí prometieron durante años en Gasteiz el tan necesitado soterramiento del tren; hasta ministros vinieron y ni ellos ni el PP cumplieron. El resto de proyectos que se están llevando a cabo ahora en Gasteiz fueron diseñadas por la anterior corporación y además sufragadas en su mayor parte por el actual Gobierno Vasco; o sea, Maroto sólo vende lo que otros trabajan y sufragan.
Esta semana se ha inaugurado la bonita y útil estación de autobuses, el 85% de su costo lo hemos pagado todos los vascos, desde el de Irun hasta el de Karranza y desde el de Bermeo hasta el de Oion, a través del Gobierno Vasco. Ni una mención en su discurso de agradecimiento a la sociedad vasca, eso se llama soberbia y mala educación, señor alcalde.
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” y la picia o escándalo San Antoniano con el que los gasteiztarras estamos flipando es la última (que se sepa) de este alcalde. Él y otros seis compañeros del PP deben ingresar casi 500.000 euros, nada más y nada menos, en modo de fianza impuesta por el Tribunal de Cuentas de España. Rápidamente, y con el objeto de acallar semejante vergüenza, se lanzó a decir que iba a ingresar esa fianza. Esto me lleva a tres reflexiones.
Por un lado, Maroto asume la irregularidad (si no hubiera cometido tal fechoría, se negaría siempre a tal sanción). Por otro, Maroto asume que es gravísima (500.000 euros de fianza así lo demuestra). Y por último, Maroto tiene el tupé de decir que no nos costará nada a los gasteiztarras, ¡faltaría más!, los vitorianos tal vez la única mala gestión que hicimos fue votarle, pero esta responsabilidad es de él y de su gente.
36 años de alcaldes democráticos en Gasteiz con posiblemente dos estrellas fugaces; una ya se retira del Ayuntamiento y desde esta humilde columna, además de suerte en sus nuevos proyectos, le agradezco todo lo que hizo e intentó hacer por la ciudad; otra, el alcalde Javier Maroto, al que se le está apagando la luz tenue que ha aportado.
Gasteiz no necesita estrellas fugaces en la oscuridad, por mucha ilusión que generen; Gasteiz necesita ya un sol resplandeciente como el que tuvimos la semana pasada, que caliente, ilumine y lleve a esta preciosa ciudad a unos niveles de calidad de vida ejemplares y envidiables.
“¿Ésa era otra estrella fugaz, aita?”? “Me ha parecido que sí, hijo”.