CIUDAD DEL VATICANO. El presidente de esta comisión, el cardenal estadounidense Seán Patrick O'Malley, dijo hoy en rueda de prensa en el Vaticano que el objetivo es "preparar a la Iglesia para responder cuando los religiosos no cumplan con sus obligaciones" y, sobre todo, "prevenir que se den estas situaciones".

Desde el 6 hasta el 8 de febrero, esta comisión celebra su primera sesión plenaria en el Vaticano, después de ser constituida en diciembre de 2013 por voluntad del papa Francisco, que continuó con los esfuerzos al respecto de su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI.

En la primera jornada de trabajo celebrada ayer, la comisión estableció el objetivo de "preparar a la Iglesia para responder cuando los religiosos no cumplan con sus obligaciones" y sobre todo, "prevenir que se den estas situaciones", informó hoy O'Malley.

En su opinión, "en el pasado se han cometido muchos errores que han causado dolor a las víctimas y a sus familiares. Hay que evitar que estos errores se sigan cometiendo y hacer de la Iglesia y del mundo un lugar más seguro para los niños".

El cardenal de Boston se mostró tajante en lo relativo a los casos de pederastia por parte de religiosos y defendió la "tolerancia cero" al respecto.

"Es necesario que haya consecuencias" si se conoce la existencia de estos abusos, consideró O'Malley, quien subrayó que la Iglesia tiene que disponer de "procedimientos para poder actuar" en esos casos.

Los 17 miembros que componen este organismo -entre ellos dos víctimas de abusos por parte de curas- pusieron sobre la mesa la posibilidad de "desarrollar seminarios para educar a líderes de la Iglesia en el ámbito de la protección a la infancia".

Según O'Malley, esta comisión espera "poder ofrecer estos programas a miembros de la Curia romana y a obispos recién nombrados" de todo el mundo.

"Estos programas de formación denotan los esfuerzos de la Iglesia por responder a los casos en los que se hayan cometido abusos sexuales por parte de clérigos", recalcó.

Además, la comisión estudia establecer un Día de Oración dedicado a "aquellos que han sufrido daños por abusos sexuales", en palabras del cardenal estadounidense.

Estas son algunas de las primeras medidas que pondrá en marcha la comisión y que subrayan la "responsabilidad" de la Iglesia, sacudida por escándalos de pederastia, "por trabajar en la sanación espiritual" y por "concienciar a la comunidad católica acerca de la lacra que suponen los abusos a menores".

El cardenal anunció que ha pedido a todas las conferencias episcopales que nombren a "una persona de contacto para que pueda tener comunicación directa con otras conferencias" y con el Vaticano.

Además, la comisión trabaja en la formación de "grupos de trabajo en los que intercambiar las experiencias de personas" que no formen parte del organismo, pero cuyo testimonio "pueda ser de valiosa ayuda".

"Tenemos un grupo de trabajo que se ha encargado de la tarea del acercamiento a las personas que han padecido estos abusos, pues ellas pueden contribuir a nuestros esfuerzos con su participación, especialmente en relación a las cuestiones relativas a las pautas de prevención", apuntó.

Uno de los miembros de esta comisión es el británico Peter Saunders, fundador de la Asociación Nacional de Personas que sufrieron abusos en la Infancia (NAPAC, en sus siglas en inglés), quien padeció esta situación en la adolescencia y fue una de las seis personas que relataron su historia al papa Francisco en una reunión sin precedentes celebrada en julio en el Vaticano.

Saunders destacó hoy en la rueda de prensa la necesidad de que "la Iglesia actúe" para que la situación que vivió "no le suceda a nadie más".

"Es necesario que la Iglesia actúe y proteja a los niños para evitar situaciones de abusos a menores. Porque cuando te pasa, vive contigo durante muchas décadas", reconoció.

Pidió que aquellos que sufren o han sufrido situaciones de abusos las "pongan en conocimiento de las autoridades" y no guarden silencio para evitar que se sigan produciendo.

Asimismo, abogó por que existan "religiosos de confianza" a los que los menores puedan acudir para revelar que son víctimas de acoso.