Bilbao - Bizkaia ha conseguido terminar las fiestas navideñas con un buen sabor de boca gracias a los 4,7 millones de euros de la lotería extraordinaria de El Niño celebrado ayer. Abadiño y Bilbao conseguían rascar parte del segundo premio correspondiente al 43.743, dotado con 75.000 euros al décimo, y Portugalete se quedaba con el tercer premio, el 84.222, 25.000 euros por cada papeleta. Mientras Gipuzkoa y Araba se quedaron con las manos vacías.

La lotería, como en la mayoría de ocasiones, llega cargada de historias. Como la de una vecina del barrio abadiñarra de Matiena, quien tal vez por algún presentimiento decidió hace año y medio comprar siempre el mismo número, casualmente el 43.743. Y gracias a su insistencia otros muchos vecinos se hicieron ayer con parte de los tres millones de euros repartidos en el municipio. “Como esta señora cogía todas las semanas el mismo número, nosotros decidimos traer también más series a esta administración y vender a todo el mundo. Y fíjate qué casualidad que al final ha tocado este premio gracias a la señora. Hemos vendido en total 40 décimos”, recordaba ayer David Lobato, uno de los tres responsables de la administración abadiñarra situada en el número 2 de la calle San Prudencio. Los vecinos esperaban con entusiasmo la aparición de la señora que se convirtió ayer en protagonista y “culpable” de repartir tanta suerte. “¿Sabría que iba a tocar este número?”, se preguntaban.

Mientras, frente a la administración agraciada, decenas de personas se agolpaban para celebrar la buena noticia. “Yo estaba viendo el sorteo desde el principio. Suelo apuntar los números en un papel y luego compruebo si tengo algo. Tenía muchos décimos y entre ellos el 43.743. Jugaba para El Niño en total 300 euros. Me ha dado mucha alegría. Mi mujer no se lo creía. Este ya no lo suelto hasta que vaya al banco”, bromeaba entre nervios y alegría Bernardino, un vecino que ha sufrido recientemente un ictus y asegura que guardará parte del dinero por si acaso necesitara atención médica en un futuro. Aquejado de tres infartos, reconoce que esto les ayudará a vivir un poco mejor. Su hija Mari Carmen celebraba junto a él la noticia aunque, “con cautela por miedo, ya que al padre las emociones fuertes le sientan mal”.

Finalmente, llegaba muy contenta una pareja que también tenía un décimo premiado. Amaia y su marido venían de celebrarlo con la familia y se acercaban hasta la administración porque son amigos de los loteros. “No nos ha dado tiempo a nada. Estamos de subidón”. Compraron el décimo cambiando la vuelta del sorteo de Navidad. “Pedimos un número sin especificar, me dieron uno de los boletos, y pilló el bueno. Somos amigos de toda la vida y vinimos a cambiarlo aquí. Siempre con algo de esperanza de que tocara. Ha sido gracioso porque estaba haciendo ejercicio en casa y con los cascos puestos. Ha venido Sergio temblando, sudando y solo repetía que nos había tocado”. Los dos tienen trabajo pero ya están pensando en la hipoteca, aunque lo meditarán bien. “Nos gusta viajar y ahora podremos hacerlo más holgados, sin mirar tanto el euro”.

Bastante más anónimo fue el premio en Bilbao. En la capital, el 43.743 sonrió a tres administraciones, todas ellas ubicadas en el centro de la villa. En un paseo de poco más de un kilómetro, entre la plaza de Indautxu y el comienzo de la Gran Vía junto a la Plaza Circular, se repartieron tres series de ese segundo premio, una en cada establecimiento. Los propietarios de los 30 décimos vendidos en estas administraciones debieron de descorchar el champán en la intimidad. Ninguno hizo acto de presencia en el lugar en el que habían adquirido los décimos, y la celebración quedó para quienes se los habían vendido. A juzgar por la alegría que mostraban sus caras, no obstante, a buen seguro que más de un paseante pensó que quienes ayer brindaban en el centro de la ciudad eran algunos de los agraciados. Los responsables de la Lotería Ormaechea de Alameda de Urquijo (junto a la plaza de Indautxu) fueron los más efusivos en la celebración. Tienen muchas tablas y un dilatado currículum repartiendo premios.

En Navidad vendieron 45 series de un cuarto premio y ayer la suerte les volvía a sonreír. “Llevamos varios años repartiendo muchos premios en Navidad y es una enorme alegría empezar así el año. Eso sí, esta vez se trata de un premio mucho más anónimo. Al final, a menos que alguien tenga dos décimos, ha tocado a diez personas y es complicado que hoy nos lo comuniquen; seguro que alguno se dará cuenta mañana. En Navidad repartimos 20.000 euros a 450 personas y en ese caso sí sabemos quiénes eran algunos de los agraciados. No se podían esconder. Ahora, solo sabemos que se ha vendido a particulares y desde el día 24”, indicaba Sergio Echevarría, empleado e hijo de Ana Ormaechea, la administradora.

A apenas 400 metros, en la administración de Pedro Azcarreta de la esquina de Máximo Aguirre con Gran Vía, Sonia Martín se estrenaba en esto de repartir premios. La ilusión que le hacía vender una serie de ese segundo premio le sorprendía incluso a ella. “Llevo seis años como trabajadora aquí y, aunque en esta administración se han repartido muchos premios, nunca me había tocado en Navidad. Me ha hecho muchísima ilusión, estoy encantada”, indicaba con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque Sonia estaba al quite desde la mañana y con la consignación en la mano, este número se le había pasado por alto. Cuando ya había dado por hecho que este año no tocaba, una llamada le avisó de que el número les correspondía. A partir de ahí se apresuró a bajar junto a su marido, Óscar Quintana, desde Miribilla hasta la céntrica administración. “Hoy no ha venido nadie y, de hecho, el número ha podido irse fuera de Bilbao porque han venido muchos turistas”, explicaba.

El paseo que la buena suerte se había dado por el centro de Bilbao concluía en la administración de lotería situada en la séptima planta de El Corte Inglés. En este caso era el administrador Jesús Rodríguez quien se congratulaba por haber repartido la serie. “Aunque no nos toque, los que nos dedicamos a esto celebramos muchísimo el repartir suerte. Nosotros hemos aprovechado la comida de hoy para celebrarlo en familia”, señalaba.

La noble villa de Portugalete empezó el año lotero tal como lo despidió. Dio un pellizco de 20.000 euros en un solo décimo de Navidad, y ahora han sido 250.000 euros, del tercer premio que a buen seguro habrá animado la mañana de los portugalujos que se hicieron con uno de los décimos del 84.222. Ninguno se acercó, no obstante a asegurarse o a compartir su buena estrella con el titular de la administración número cinco de la céntrica calle Gipuzkoa. “En total se vendieron diez décimos del número premiado por lo que hemos repartido 250.000 euros”, explicaba Jesús Ortega Lizundia, titular de la administración.