Madrid - Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se contagió de ébola atendiendo al misionero Manuel García Viejo ya piensa en cómo ayudar donando su plasma sanguíneo para que pueda ser utilizado en alguna otra persona contagiada. Fernando Simón, portavoz del comité de crisis creado por el Gobierno, aclaró ayer que “no se tienen muchas evidencias de si sirve o no ni de cuál es el momento adecuado para usarlo”. Pese a ello, una decena de pacientes en países desarrollados ya han sido tratados con suero de otra persona que haya superado la enfermedad, con la esperanza de que les ayude a generar anticuerpos para luchar contra el virus.

Donación Aún es pronto para saber cuándo se produciría esa donación. Romero fue declarada ayer libre de virus tras confirmarse que el análisis diera negativo al virus del ébola. Aunque haya superado el virus tendrá que seguir en el hospital recuperándose, ya que su estado ha sido muy grave. El ébola es muy agresivo y ataca órganos vitales como los riñones o el hígado. En el caso de Teresa, le ha dañado los pulmones, aunque se está recuperando de las lesiones.

Un segundo análisis negativo implica que las medidas de seguridad se relajarán porque ya no habrá riesgo de contagio por contacto con otras personas. “Parece que evoluciona bien, pero no me atrevo a darles un pronóstico”, dijo ayer Simón a los periodistas que preguntaban cuándo estará la auxiliar completamente restablecida. Mesa, que ejerce de portavoz de la familia, asegura que los médicos les han hablado de unas tres semanas de hospitalización más.

José Manuel Echevarría, jefe de Virología, considera que el tratamiento con plasma de convaleciente es mucho menos relevante que el antiviral experimental que se le ha administrado a Romero. Aunque los tratamientos antivirales como el Zmapp y el Zmab, son experimentales aún tienen que pasar ensayos clínicos. - DNA