madrid - El Gobierno defendió ayer su actuación frente al virus del ébola y aseguró que se cumplieron los protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, advirtió de que esta enfermedad es completamente nueva
La crisis provocada por el contagio en nuestro país, el primero fuera de Africa, de la enfermera Teresa Romero ha dominado los tradicionales corrillos que periodistas y políticos forman en la recepción que los Reyes ofrecen cada año en el Palacio Real.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, transmitió tranquilidad y recordó que en EE.UU. se ha registrado un segundo caso, lo que demuestra, bajo su punto de vista, que Occidente sabe poco acerca de este virus.
Otros miembros del Ejecutivo subrayaron que España ha cumplido los protocolos establecidos por la OMS desde el primer momento en que el virus entró en nuestro país con la repatriación del misionero Manuel Pajares e insisten en remarcar que, desde el punto de vista sanitario, las cosas se han hecho bien.
Reconocen que la situación se ha tranquilizado desde que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha tomado las riendas de la gestión de la crisis y coinciden en descalificar al consejero madrileño de Salud, Javier Rodríguez, quien sugirió que la auxiliar de enfermería contagiada había escondido que podía haberse infectado.
Eso sí, ni desde el Gobierno ni desde el Ejecutivo autonómico piden su dimisión. Tan solo alguna voz díscola en el PP ha defendido abiertamente su cese inmediato.
Fuentes de la Comunidad de Madrid reconocen que los comentarios del consejero sobre la enferma fueron del todo “inoportunos” y censurables, pero quisieron dejar claro que el consejero dijo en todo momento la verdad. Por eso posponen cualquier eventual decisión sobre su posible cese hasta después de que se resuelva la situación de Teresa.
Desde el Gobierno autonómico que preside Ignacio González aseguran que los profesionales sanitarios madrileños están capacitados para tratar el virus. - E.P.