MADRID. La afectada es una auxiliar de enfermería que trabajaba habitualmente en el Hospital Carlos III-La Paz de Madrid, donde tuvo contacto con el religioso fallecido de ébola el pasado 26 de septiembre, el misionero Manuel García Viejo.

"Las posibilidades de que haya transmitido la enfermedad son muy escasas ya que no es una enfermedad que se transmite por el aire si no que se necesita un contacto directo con la saliva o con la sangre para poderse contagiar. Por tanto, ni los vecinos de su comunidad ni las personas que han estado cerca de ella, ya sea en el metro o en un supermercado, se han podido infectar", ha asegurado en declaraciones a Europa Press.

Ahora bien, el experto ha reconocido que aquellos que han tenido una relación íntima o estrecha con la paciente sí pueden tener posibilidades de ser contagiadas. No obstante, Molero ha comentado que "seguramente" se habrá pedido una lista a la enfermera con todas las personas que hayan estado en contacto "muy estrecho" con ella para que acudan a hacerse las pruebas.

Dicho esto, el especialista se ha mostrado escéptico sobre la forma en la que la auxiliar de enfermería se pudo haber contagiado mientras atendía al sacerdote García Viejo ya que, tal y como ha insistido, "no es fácil contagiarse" y los protocolos de actuación están "muy bien establecidos".

POSIBILIDAD DE SUPERVIVENCIA

Respecto al tratamiento que va a recibir la afectada, después de que se hayan agotado las existencias del suero 'milagroso', Molero ha informado de que al ser detectada a tiempo tiene más posibilidades de supervivencia que la tuvieron García Viejo o Miguel Pajares, fallecido también en España tras haber sido contagiado del ébola en Liberia, especialmente porque los religiosos vinieron "muy graves" y con enfermedades asociadas.

En este sentido, el experto ha explicado que la terapia que seguramente recibirá la auxiliar de enfermería consistirá en controlar las complicaciones de la enfermedad, especialmente las hemorragias. Además, será necesario que se le monitorice para conocer en todo momento las constantes vitales y, al mismo tiempo, se le hidrate adecuadamente.

"Cuando se accede a estas medidas de soporte general, si se hace a tiempo, las posibilidades de éxito son mucho mayores. Además, es importante recordar que la letalidad del virus es del 50 por ciento, incluso en los países en los que no tienen estas medidas de soporte", ha recalcado.

Finalmente, Molero ha insistido en que el riesgo de contagio "es muy difícil" y ha vuelto a pedir calma a las personas que han podido cruzarse con ella, incluso a los pacientes que ha podido atender antes de presentarse los primeros síntomas ya que, tal y como ha recordado, hasta que "no aparecen los síntomas no hay contagio" y los profesionales sanitarios, "de por sí", trabaja con material de aislamiento.