GASTEIZ. El consejero de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Juan María Aburto, ha reclamado hoy sacar las ayudas sociales de la disputa política y que se recupere el consenso en torno a ellas, especialmente sobre la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).

Aburto ha participado hoy en Gasteiz en la clausura del Congreso de Economatos y Despensas Solidarias, organizado por el programa Berakah nacido a iniciativa de las cuatro parroquias católicas del casco histórico de Gasteiz.

El consejero ha insistido en que las políticas sociales necesitan "legitimación" y ha recordado que normalmente quienes hablan de la RGI suelen ser los que no han tenido la necesidad de cobrarla, por lo que hay que "dar voz a quienes gracias a esta renta viven con dignidad y así enterrar polémicas que no conducen a nada".

Ha puesto en valor el trabajo hecho desde las instituciones vascas en este ámbito y ha recordado que el cuarenta por ciento de todas las rentas básicas que se cobran en el Estado se pagan en Euskadi, donde llega a casi el 73 por ciento de las personas en riesgo de pobreza.

Aburto ha reiterado su llamamiento a evitar polémicas sobre la RGI, como la que se ha vivido en Vitoria tras unas declaraciones de su alcalde Javier Maroto, porque, se ha preguntado, "alguien ha pensado en el coste social y humano de la no RGI", de una sociedad sin estas ayudas sociales.

Ha reclamado a la sociedad que esté "alerta" ante el riesgo de que se cierna sobre ella un mundo "postlaboral", en el que tener un trabajo no tenga un carácter integrador por la precariedad hacia la que se está encaminando.

El consejero ha reivindicado la política "con mayúsculas" para que en Euskadi no se cambie la actual situación que sitúa a la comunidad autónoma solo por debajo de cuatro países europeos con menos desigualdad social.

Ha dicho que para que no aumente la distancia entre los que más tienen y los que menos tienen es imprescindible una "gran coalición" entre los entes públicos y el denominado tercer sector.

Aburto ha tenido palabras de reconocimiento a todas las entidades sociales y religiosas que trabajan en situaciones de emergencia social y de "resistencia comunitaria" en las que no hay "diferencias entre quienes dan y quienes reciben", como en los economatos y las despensas solidarias.

Ha concluido que en una sociedad en la que se corre el riesgo de avanzar hacia el individualismo, con la quiebra de valores como la dignidad de las personas, hay que reivindicar la "fraternidad" y la "solidaridad", no solo para "los de aquí", ha dicho, porque "a ningún ser humano se le puede decir no me importas".