MADRID. Además, el 65 por ciento sufría abusos emocionales, como por ejemplo insultos. Unos porcentajes superiores al de los hombres, de los cuales el 4 por ciento señalaron padecer abusos sexuales, el 18 por ciento físicos y el 33 por ciento emocionales.
Los datos sociodemográficos del informe han mostrado también que en el año 2013 se produjo un incremento de personas que accedían al tratamiento y que habían cometido algún tipo de delito como, por ejemplo, contra la propiedad, violentos o por posesión y tráfico de drogas, siendo un 27,37 por ciento hombres y un 18,04 mujeres.
En este punto, los responsables del informe han informado de que ha aumentado en 6 puntos la demanda de tratamiento por parte de las mujeres, representando el 16 por ciento frente al 84 por ciento de los hombres. Además, la edad media fue de 36,2 años, aumentando un año desde 2012 (35,5 años).
Ahora bien, si se tiene en cuenta el estado civil de las personas estudiadas, el 61,88 por ciento eran solteros, el 18,5 por ciento casados, el 11,47 por ciento divorciados y el 6,86 por ciento separados. En este punto, el miembro del equipo técnico del informe, Félix Rueda, ha destacado el descenso en tres puntos que se ha producido en las personas casadas, respecto a 2012, así como el incremento de un punto en los casos de las personas separadas (6%).
En relación al núcleo de convivencia, un 9,98 por ciento vivía solo; un 27,04 por ciento con sus padres; un 23,38 por ciento con su pareja e hijos; un 16 por ciento sólo con su pareja; un 14,11 por ciento con otra familia de origen diferente de los padres; un 3,25 por ciento en un medio protegido; un 1,59 por ciento convivía sólo con los hijos; y un 3,19 por ciento no mantenía un núcleo de convivencia estable.
Asimismo, el 60,81 por ciento de los participantes en el informe manifestó haber tenido o tener problemas serios con la familia, de los cuales el 66,09 por ciento tenían problemas con la pareja.
AUMENTA LA PROSTITUCION COMO PRINCIPAL FUENTE DE INGRESOS
Ahora bien, el 34,02 por ciento señaló que su principal fuente de ingresos provenía de su familia de origen, el 30,34 por ciento de su propio empleo, el 11,62 por ciento de las prestaciones sociales o sanitarias que recibían, el 10,66 por ciento del subsidio por desempleo y el 6,20 por ciento de ayudas sociales.
En este sentido, atendiendo a aquellos que tenían un empleo, el estudio ha mostrado que más de la mitad de la muestra se encontraba trabajando a tiempo completo, seguida de quienes se encontraban en paro o ejercían tareas de "amas de casa". Los ingresos mensuales percibidos eran de un promedio de 1.027,07 euros, lo que representa 175,77 euros menos respecto al informe de 2012.
Si se mira por sexos, las mujeres (42,69%) tenían más apoyo económico por parte de sus familias que los hombres (32,49%), una diferencia que también queda reflejada en el ámbito laboral, donde el 24,90 por ciento de ellas tiene empleo, frente al 31,34 por ciento de los hombres.
Por otro lado, desciende el número de mujeres que tienen como fuente de ingresos prestaciones, pensiones, ayudas o actividades ilegales y, al mismo tiempo, se incrementa la prostitución como principal fuente de ingresos de las mujeres.
INCREMENTO DEL RIESGO DE EXCLUSION
Del mismo modo, los datos recogidos durante 2013 han mostrado un incremento del nivel de estudios acabados, habiendo crecido tanto la proporción de personas con estudios medios como la de universitarios.
Una situación que, a juicio de los expertos, podría ser un indicador del aumento del riesgo de exclusión social para determinados perfiles que, por disponer de formación, empleo y una mayor red social, familiar y laboral, se encontraban relativamente alejados del perfil tradicional de drogodependiente en situación de exclusión.
En concreto, el 48,21 por ciento de las personas no tenían estudios básicos. Asimismo, el 16,47 por ciento tenían estudios medios, el 5,26 por ciento eran diplomados y el 3,57 por ciento eran licenciados universitarios. Por el contrario, en 2012 las personas sin estudios representaron el 79,73 por ciento de la muestra, los que tenían estudios medios el 12,08 por ciento y los que eran licenciados el 2,01 por ciento.
ALCOHOL, SUSTANCIA DE CONSUMO PRINCIPAL POR LA QUE SE PIDE TRATAMIENTO
En este sentido, el informe ha desvelado que la población con menor nivel de estudios es la de consumidores de heroína (60,78%), mientras que el de mayor porcentaje de personas con estudios superiores (6,25 por ciento diplomados y 5 por ciento licenciados) es el de alcohol.
A nivel general, la sustancia más consumida, exclusivamente o con otras drogas, es el alcohol (40,36%), seguida de la cocaína (30,35%), cannabis (9,25%), heroína (5,89%), anfetaminas (1,12%), otras sustancias sin especificar (1,12%) y las benzodiacepinas (0,65%). Las vías de administración más frecuentes eran a nivel oral (42,56%), inhalada o fumada (29,50%) y esnifada (22,73%). No obstante, la vía parenteral (inyectada) apenas representó una incidencia del 3,79 por ciento.
Además, la edad media de inicio de consumo problemático de la sustancia principal por la que se demandó tratamiento es de 19,55 años, y el tiempo medio de consumo antes de solicitar ayuda es de 14,95 años, frente a los 13,4 años reflejados en la muestra de 2012.
Respecto a los indicadores de salud y enfermedad, el informe ha mostrado que sólo el 3,58 por ciento de quienes demandaron tratamiento padecían VIH, teniendo una analítica realizada en los seis meses previos al inicio del tratamiento. De ellos, el 3,38 por ciento eran mujeres y el 3,69 por ciento hombres.