Bilbao - Detrás de cada juicio y sentencia por negligencia, de las indemnizaciones por daños corporales, de las valoraciones de incapacidad o de las demandas de responsabilidad siempre aparece una necesaria, compleja y fructífera colaboración entre Medicina y Derecho, "dos disciplinas científicas que comparten amplios espacios de convergencia". El consejero de Administración Pública y Justicia, Josu Erkoreka, citó ayer la atención de las patologías mentales de los menores infractores en los centros de Justicia Juvenil y un reciente convenio entre su departamento y Osakidetza -para "facilitar una actuación más eficaz y humana" de la Administración en los casos de fallecimiento- como ejemplos claros de colaboración entre Salud y Justicia.

En la inauguración junto al consejero de Salud, Jon Darpón, de las jornadas sobre Salud y Justicia que durante dos días se celebran en Bilbao, Josu Erkoreka apuntó varias áreas de colaboración y confluencia entre los profesionales de la Medicina y el Derecho, como la que se produce en la atención a los menores que pasan por los centros de Justicia Juvenil. El consejero explicó que en el III Plan de Justicia Juvenil se describen "algunas de las tendencias que aparecen en el horizonte" de este servicio para los próximos años y se han detectado nuevas demandas a las que habrá que hacer frente: "Problemas graves de salud mental, violencia filio-parental, violencia en la pareja y personas con un perfil caracterizado por graves factores de riesgo en su historia personal o de crianza". "Estas tendencias -señaló Erkoreka- harán necesario, absolutamente imprescindible, fortalecer las líneas de intervención especializada y obligarán a profundizar en los mecanismos y protocolos de colaboración ya existentes en los ámbitos de la Justicia y la Salud".

ayuda a las familias Según el consejero de Administración Pública y Justicia, otro de los ámbitos "patentes de confluencia" entre Medicina y Derecho se produce cuando el proceso de aplicación de las normas jurídicas requiere del auxilio de la ciencia médica. En este punto citó como una ventaja la existencia del Instituto Vasco de Medicina Legal, que aunque depende de Justicia trabaja en estrecha colaboración con los servicios de Salud. "Prueba de esto es la reciente actualización del convenio de colaboración con Osakidetza en materia de expertizaciones y pruebas periciales". "Este acuerdo tiene por objeto establecer, entre otras cosas, pautas organizativas para una actuación coordinada entre el Instituto Vasco de Medicina Legal y Osakidetza en los supuestos de defunción, con el fin de facilitar una actuación más eficaz y humana de la Administración al servicio de la familia y los allegados de las personas fallecidas, evitando en su caso sospechas no fundadas de un posible origen criminal de la muerte. El acuerdo -detalló ayer Josu Erkoreka- delimita las competencias de cada parte a la hora de extender el certificado médico de defunción, o bien de judicializar la muerte en los supuestos de muerte violenta o sospechosa de criminalidad".

Por su parte, Jon Darpón mencionó el "amplio desarrollo normativo" que en materia de salud ha desarrollado el Gobierno Vasco en los últimos años y también reconoció que Justicia y Salud "están condenados a entenderse" porque los profesionales de la sanidad "se enfrentan cada día a cuestiones éticas y legales en la práctica asistencial". En concreto, Darpón hizo referencia a "la limitación del esfuerzo terapéutico, la negación del tratamiento, las voluntades anticipadas, la responsabilidad del psiquiatra ante internamientos e incapacidades, los cada vez mayores conflictos en los tratamientos de reproducción asistida y la función terapéutica de los centros de Justicia Juvenil".