Bilbao - En la actualidad el objetivo educativo de preparar a los jóvenes para el futuro tiene que transitar obligatoriamente una senda tecnológica en constante evolución. Tras la inclusión de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y de determinadas habilidades relacionadas con la informática, ahora la tecnología que demanda un hueco en el horario escolar es la relacionada con la impresión 3D.
Cada vez hay más personas convencidas de que la impresión 3D tendrá un papel relevante en los procesos de fabricación y en nuevos desarrollos en muchos campos -desde la medicina a la gastronomía o el deporte-, por lo que formar a los jóvenes en su conocimiento es ineludible para mantener la competitividad de un país. La enseñanza de la tecnología de impresión 3D tiene dos facetas importantes: por un lado está la transmisión de conocimientos para que los alumnos estén familiarizados con las técnicas de diseño y fabricación en impresoras 3D, y por otro lado, la utilización de estas máquinas para mejorar la enseñanza de materias como Ciencias, Física o Historia. Esto último es lo que están haciendo en un centro educativo de Ordizia, donde los alumnos utilizan impresoras 3D para hacer maquetas sobre las que estudian acontecimientos históricos relevantes como la batalla de Verdún.
Aitziber Eizagirre, de la empresa vasca Tumaker, explica a DNA que las impresoras y escáneres 3D, lo que se conoce como herramientas de fabricación digital, "llevan muchos años en el mercado, pero ha sido muy recientemente cuando se ha conseguido disponer de ellas a bajo coste". "Hemos visto que a medida que las empresas iban incorporando estas herramientas los centros educativos también las compraban para poder enseñar a sus alumnos a manejar esa nueva tecnología. La aparición de las impresoras low cost hace que estas máquinas ya sean asequibles para los centros de enseñanza, que se pueden permitir tener unas cuantas a disposición de los alumnos, mientras que cuando yo estudiaba era un equipamiento tan caro que prácticamente estaba vedado para los estudiantes", indica Aitziber Eizagirre.
Los ikaslab El tirón de las impresoras 3D en los centros educativos es tan fuerte que Tumaker ha lanzado el proyecto Ikaslab para instalar laboratorios de fabricación digital. En estos momentos ya están en marcha siete Ikaslab montados en otros tantos colegios de Euskadi y están en proyecto otros doce más que estarán preparados para septiembre. "Al principio -cuenta la responsable de Tumaker- los centros educativos se ponían en contacto con nosotros y nos compraban una o dos impresoras. Con ese material montaban un pequeño espacio, una especie de aula de informática en la que no solo había ordenadores, sino también máquinas para fabricar. Eso nos dio la idea para crear Ikaslab, que es un nuevo espacio y modelo educativo en el que los alumnos disponen de las herramientas de fabricación 3D y de una serie de servicios. Nosotros nos encargamos de dar asistencia técnica, asesoramiento en los proyectos que plantean los alumnos -cuando hay algún problema o si se trata de proyectos muy complejos-, y también formamos a los profesores, porque son ellos los que van a enseñar a los chavales a usar las máquinas". Aitziber Eizagirre opina que los Ikaslab son como las aulas informáticas de antes, "a las que los alumnos podían ir para salsear y familiarizarse con los ordenadores", mientras que ahora "pueden trabajar con otros compañeros con unas máquinas que les permiten fabricar cosas".
Los primeros laboratorios de fabricación digital de Euskadi se han instalado en centros de FP, pero tanto universidades como colegios de Primaria y Secundaria y escuelas especializadas se están interesando por las impresoras 3D y constatando que hay una demanda de formación en esta nueva tecnología. "Al principio la gente que se interesaba por las máquinas de fabricación 3D eran alumnos de mecánica o diseño, porque resulta evidente que sirven para hacer prototipos, permiten que algo que has diseñado en el ordenador puedas fabricarlo, verlo, tocarlo... Pero ahora también hay muchas ramas de la enseñanza y muchas FP -bellas artes, electrónica, joyería, sanitarios- que están encontrando diversas utilidades en las impresoras porque son una herramienta muy versátil. Hay alumnos que hacen prótesis, a los de electrónica les sirve para hacer piezas para revestir los robots, a otros se les ocurrió utilizar un material flexible para fabricar plantillas a medida..."
Asignatura Cada vez hay más educadores y tecnólogos que piensan que la tecnología de impresión 3D debe incorporarse a la Enseñanza desde etapas básicas, para que los jóvenes vayan familiarizándose con ella. Aitziber Eizagirre está convencida de que esta materia terminará formando parte de los currículos. "En Estados Unidos -explica- ya se imparte como asignatura y el Reino Unido ha anunciado que en 2015 estará incorporada a los currículos. En el País Vasco tal vez no sea sencillo introducirlo como asignatura porque el mundo educativo es bastante rígido, pero cada vez son más los centros que utilizan la impresión 3D como herramienta principal para los proyectos que deben realizar los alumnos". "Lo interesante -concluye- no son las máquinas, sino lo que se puede hacer con ellas".