cómo nos gustaría que fuera la final del Mundial de fútbol de este año y que hubiera trece goles? No me puedo imaginar cómo viviríamos ese partido en Euskadi? La fiesta sería preciosa e infinita. Este es uno de los sueños a conseguir a medio plazo por buena parte de esta sociedad, pero el dato de hoy corresponde a los seis representantes que Escocia envía al Parlamento Europeo, y la interrogación vasca a la incógnita de cuántos eurodiputados dispuestos a defender Euskadi seremos capaces de enviar a ese Parlamento donde también se decidirá si se abren de una vez las puertas a las verdaderas naciones que siempre hemos convivido en Europa.

En Gran Bretaña, por suerte para ellos, hay varias circunscripciones y a Escocia le corresponden seis europarlamentarios que con toda seguridad defenderán a esa preciosa Nación porque son elegidos allí. Sin embargo, en el centralista Reino de España hay una única circunscripción e incluso aquellos que van de vascos (como Jáuregui o Mayor Oreja y qué decir de Iturgaiz), como son elegidos por sus colegas españoles, han hecho casi toda la campaña allí; defenderán, como lo han hecho siempre, los intereses de los españoles por encima de los vascos. No importa que en lo social, en lo económico, en lo industrial, agrario, fiscal, hasta en el nivel de bienestar, seamos ya muy diferentes a España, para estos posibles europarlamentarios ha quedado patente en sus años de trabajo que su prioridad es España, cuando no la suya personal. ¿Y nosotros qué?, pues una vez más tenemos que jugar con la baraja española de esta única circunscripción y dependiendo de nuestra habilidad conseguiremos algo o nada. La habilidad viene de la participación en la votación de hoy; si en España la participación, como prevén las encuestas, rondase el 40%, cada voto de más que consigamos en Euskadi valdrá el doble y tendríamos muchas más posibilidades de colocar en el Parlamento Europeo a las personas que su prioridad es únicamente Euskadi. Eso sí, además del esfuerzo de ir a votar este desapacible domingo, hay que ver a quién lo hacemos. Como más arriba decía hemos visto estos últimos años mucho vasco metiendo goles en propia meta y que además ni pedía disculpas por ello; mientras otra, sí vasca tenía que ser, era la única que defendía este pequeño País como defendemos las cosas aquí, sin atacar a nadie y protegiendo gure etxea hasta el último suspiro y sin parar de trabajar.

Un pequeño esfuerzo, acercarse hoy, paraguas en ristre, a la urna e invitar a votar a ese amigo o familiar perezoso que nos dijo que igual no votaba. Una fácil elección, votar al que pensemos que defenderá Euskadi y los vascos sobre todas las cosas, construyendo una Europa de las personas y naciones. Y un gran resultado, colocar en Bruselas a los máximos vascos posibles que defiendan junto con los seis escoceses, catalanes, gallegos, canarios y demás naciones europeas, una Europa con un gran corazón social frente a la actual Europa de la mala cabeza económica. Una vez más depende de nosotros y hoy jugamos el primer partido. ¡Jeiki Jeiki, euzkotarrak!.