GASTEIZ - La Renta de Garantía de Ingresos (RGI) es una "prestación económica mensual dirigida tanto a la cobertura de los gastos básicos para la supervivencia como a la de los gastos derivados de un proceso de inclusión social o laboral, y destinada a las personas integradas en unidades de convivencia que no dispongan de ingresos suficientes para hacer frente a dichos gastos". En virtud de esta definición Lanbide considera que la realización de gastos "superfluos o excesivos" por parte de los perceptores de la RGI puede motivar la suspensión de la ayuda, tal y como ha ocurrido en varias ocasiones. Ahora Lanbide da un paso más y atendiendo a una petición del Ararteko ha establecido unos criterios objetivos en relación con los gastos que las personas que reciben la RGI pueden realizar y ha fijado el límite de 200 euros para cuestiones consideradas "no básicas".
La oficina del Ararteko informó ayer de que siguiendo su recomendación, "desde el pasado mes de enero Lanbide considera que, con carácter general, todos los gastos que no superen los 200 euros, tanto en el caso de gastos aislados, de un solo pago, como aquellos no básicos en los que no se supere dicha cuantía en tres meses consecutivos, no serán tenidos en consideración a efectos de la RGI".
Lanbide ha establecido, por tanto, unos criterios objetivos en relación con los gastos que las personas perceptoras de RGI pueden realizar. Según el Ararteko, esta información se trasladará mediante "nuevos soportes de información" a las personas que cobran las ayudas, "al objeto de que la tengan en consideración en el momento de hacer uso del dinero percibido en concepto de RGI".
teléfono y viajes El origen de esta definición de criterios está en la actuación de oficio iniciada en febrero de 2013 por el Ararteko después de que varias personas perceptoras de la RGI denunciaran que Lanbide les había extinguido la ayuda tras detectar que habían realizado gastos "excesivos" y no relacionados con la manutención o cuestiones básicas, tales como recargas de teléfono móvil o viajes de vacaciones. Tras estas actuaciones, tanto los afectados por la suspensión de la RGI como el Ararteko solicitaron a Lanbide que explicara qué consideraba gastos superfluos o excesivos y criticaron que el servicio encargado de las ayudas sociales no hubiera avisado a los interesados del incumplimiento detectado para darles la oportunidad de corregirlo. En concreto, el Ararteko recomendó a Lanbide que fijara unos límites de gasto para los perceptores de la RGI y lamentó que hubiera falta de información, ya que las personas afectadas "desconocían que estaban incurriendo en un comportamiento que podía tener unas consecuencias tan graves como la pérdida del derecho a la prestación".
El defensor del pueblo del País Vasco considera que al establecer los criterios objetivos sobre los gastos permitidos a quienes cobran la RGI, Lanbide ha respondido a su requerimiento y da por cerrada la actuación.
A comienzos de este año el Ararteko también reclamó a Lanbide que mejorara los procedimientos de denegación e información relacionados con las solicitudes de la RGI para que estén "perfectamente motivadas". Según explicó Iñigo Lamarka en el Parlamento Vasco, su oficina ha notado un aumento de las quejas por denegaciones de ayuda que no están suficientemente motivadas.
Perceptores. 2013 cerró con un saldo de 62.817 personas perceptoras de la Renta de Garantía de Ingresos. La media anual se situó en 60.236 personas, 2.000 más que el año anterior y 21.000 personas más que en 2009.
Gasto. La atención a estas personas supuso un desembolso de 359,36 millones de euros, lo que equivale a un gasto mensual aproximado de 30 millones.
Distribución. 6 de cada 10 personas que cobran la RGI son mujeres (59%). El tramo de edad con más beneficiarios es el de 35 a 44 años (27,1%).