Bilbao - Representantes del movimiento asociativo vasco de mujeres tuvieron ayer la oportunidad de asistir a dos clases magistrales sobre la democracia y la libertad en sus sentidos más amplios. De la mano de dos referentes del feminismo -Amelia Valcárcel y Marina Subirats- pudieron constatar los avances en materia de igualdad logrados a lo largo de la historia y, sobre todo, conocer los retos a los que deberán hacer frente en el presente y en el futuro para proteger y alimentar con nuevas capacidades el espacio público conquistado.

Y es que, tal y como expresó Izaskun Landaida, directora de Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer (organismo promotor de la jornada que, además, sirvió para presentar al auditorio las líneas maestras del sexto Plan de Igualdad del Gobierno vasco) la crisis de valores desenmascarada por la situación económica amenaza muy seriamente los triunfos y la cartera de derechos logrados por las mujeres: civiles, políticos, laborales, sexuales,?.

En su opinión, compartida por las dos ponentes invitadas, en estos tiempos de recortes y retrocesos sociales es necesario recapacitar sobre la manera más efectiva para frenar ese ataque a la ciudadanía en general, y al colectivo femenino en particular. "Debemos analizar cómo impulsar el desarrollo y la consolidación de lo conseguido; y reflexionar sobre lo que nos queda por trabajar para tener igualdad real entre mujeres y hombres", indicó Landaida en la apertura de la multitudinaria cita.

No en vano, según ilustraba Amelia Valcárcel durante su intervención posterior, cuando la democracia flaquea, las mujeres son las primeras y principales perjudicadas ya que la particular jurisprudencia favorable establecida durante los últimos dos siglos no está aún consolidada como un hecho consustancial a la ciudadanía y las empuja a convertirse en la diana preferida de políticas de corte tradicionalista, populista, reaccionarias y machistas, a fin de cuentas. Y es que, tal y como advirtió Marina Subirats durante su ponencia Los derechos de las mujeres. Cómo se consiguen y se pueden perder "las normas de juego están hechas todas bajo el patrón del pensamiento masculino".

Pensamiento y voluntad Esta circunstancia, legado de un pasado milenario marcado por las religiones y sus apostolados misóginos y anuladores de la mujer, se está reenganchando peligrosamente a los sistemas democráticos debilitados por la crisis. Esta consideración es ya observable en la pérdida femenina de capacidad de empleo, en los puestos de trabajo en precario de las mujeres y los sueldos menores para ellas también, así como en la desaparición de coberturas sociales como la ley que plantea el Gobierno español sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

Por eso Valcárcel, catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED, integrante del Consejo de Estado y respetada voz en el mundo del feminismo, subrayó que "es tiempo de resistir" ante esos ataques contra la igualdad, la paridad y la libertad misma de las mujeres. Para ello, quien fuera promotora del llamado tren de la libertad hasta Madrid para protestar con la reforma de la ley del aborto, apeló al pensamiento, la novedad en el ideario y la voluntad firme de mantener el terreno de libertad ganado y la esencia propia de la democracia.

"Tenemos que estar convencidas de seguir hacia adelante. Hay muchas conciencias interesadas en que continúa la desigualdad de sexos. Eliminar la idea de que la mujer es débil por naturaleza nos ha llevado doscientos años; y ha sido gracias al esfuerzo continuado de grupos de mujeres a las que llamamos feministas", sintetizó Valcárcel durante su aplaudida ponencia La ciudadanía de las mujeres: recorrido histórico y desafíos de futuro. Otro de los mensajes transmitidos ayer tuvo que ver con el futuro. "El primer deber de cada mujer es asumir su libertad. Nunca delegarla. Y dejar una herencia mayor que la que nos dejaron", apostillaba la catedrática de Filosofía. "O hay democracia o no hay posibilidad de que existamos", zanjó.