Bilbao. Tras señalar que el proceso de paz en Euskadi "está bastante estancado", monseñor Juan María Uriarte dijo ayer que todos los miembros y estamentos de la sociedad deben "dar pasos" para que "no se pudra". Entre los gestos y esfuerzos que el obispo emérito de Donostia cree necesarios citó la entrega de las armas por parte de ETA, la adaptación de la política penitenciaria por el Gobierno español, y el perdón de las víctimas.

En una rueda de prensa celebrada poco antes del acto de entrega de los Premios Sabino Arana 2013, que han reconocido en monseñor Uriarte su "muy significativa contribución a la paz y la reconciliación", el obispo abogó por pedir a las víctimas de la violencia en Euskadi "el gesto difícil y doloroso de generosidad" de perdonar a quienes les causaron daño.

Juan María Uriarte advirtió de que el proceso de paz tiene "algún riesgo de deterioro" y aunque descartó que este deterioro pueda suponer una vuelta "a la situación anterior", sí dijo que ve posibilidades de que "se pudra". Para evitar esto el obispo emérito señaló que "la tarea propia de los ciudadanos, las instituciones y de los responsables de la Iglesia es estimular con palabra neta y clara, pero al mismo tiempo amable y sencilla, a los principales actores del proceso, para que no dejen dormirse y de alguna manera desnaturalizarse por diferirse sine die este proceso de paz y reconciliación que tanto necesitamos después de 50 años de sobresalto".

Monseñor Uriarte insistió en que "todos los ciudadanos de este país" y bastantes instituciones tienen que hacer algo para evitar ese estancamiento o deterioro del proceso. Tras enumerar algunos de los pasos que deben dar tanto el Gobierno español como ETA, el obispo se refirió a las víctimas de la violencia. "Aunque es difícil pedírselo porque las víctimas son el rostro más desgarrado y desgarrador de este duro espacio de 50 años, en el momento en que puedan ser capaces de otorgar el perdón, a todas las víctimas se les debe pedir ese gesto difícil, doloroso de generosidad, que es muy importante para recoser los tejidos desgarrados de una comunidad que ha mostrado ya que quiere seguir viviendo unida".

Juan María Uriarte recordó ayer que unas veces con mayor acierto y otras con menos, ha dedicado "apasionadamente" una parte de su vida a promover la reconciliación en Euskadi, para lo que ve necesario que se desvele "toda la verdad de los desmanes cometidos, se aplique la Justicia con humanidad y se prepare por medio del diálogo sincero, que busca la convergencia".