Madrid. Numerosas "pequeñas iglesias domésticas", como denomina el Papa Francisco a las familias, inundaron ayer la Plaza de Colón de Madrid con motivo de la Fiesta de las Familias, una celebración en la que el cardenal Rouco Varela les ha mostrado su apoyo ante la "agobiante atmósfera intelectual y mediática". Familias llegadas de toda España y de Europa, en muchos casos portando banderas de su comunidad o de su país, participaron desde primera hora de la mañana en esta festividad.
En su sermón, Rouco Varela hizo una alusión directa al controvertido tema del aborto, advirtiendo del "clima de opinión pública" en el que prima una concepción de la vida personal caracterizada por "la transitoriedad", de manera que "ni siquiera el don de la vida se entiende como definitivo e inviolable y, por lo tanto, tampoco, el don del amor".
Frente a ello y ante la posibilidad de que vuelva la "cultura de la tristeza", apostó por la familia "cristianamente constituida" como "la fuente de la primera y fundamental alegría", la de "la vida nueva que nace natural y sobrenaturalmente" y la de la alegría capaz de sobreponerse a cualquier clase de sacrificios, "convirtiéndolos en oblación de amor". "No estáis solos -les dijo a los miles de asistentes- como tampoco lo estaban María y José cuando se desencadena por Herodes la persecución del Niño Jesús y la matanza de los inocentes".
El lema elegido este año, La familia, un lugar privilegiado, es una frase que el Papa Francisco dirigió a miles de jóvenes durante la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro. El acto central, como ya viene siendo habitual en los seis años que se celebra esta Fiesta de las Familias, lo ha constituido la misa, presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y concelebrada, entre otros, por los tres obispos auxiliares de la capital y los obispos de Getafe, Andújar y Alcalá de Henares.
Mensaje del Papa Antes de la Eucaristía, los asistentes -padres, madres, hijos y abuelos- pudieron escuchar en directo a través de dos grandes pantallas las palabras que el Papa Francisco transmitió a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El Pontífice, que tomó parte por primera vez en esta fiesta, aprovechó el habitual rezo del Ángelus para enviar un saludo a los congregados en Barcelona y en Madrid.
En su homilía, Rouco Varela defendió la familia constituida dentro del "matrimonio indisoluble" como la "célula básica" de la sociedad frente a la "agobiante atmósfera intelectual y mediática" en la que prima una concepción de la vida caracterizada por la transitoriedad. Rouco consideró que en en medio de la "dura y persistente crisis, la familia cristiana demuestra su insuperable e insustituible valor para la solidaridad y la paz social".
El cardenal terminó su homilía reconociendo la labor de las más de cien familias cristianas dispuestas a ser misioneras, que estaban presentes, a las que ofreció su apoyo, cariño y afecto. Terminada la misa, estas familias, todas ellas pertenecientes al Camino Neocatecumenal, subieron al estrado para recibir la bendición de Rouco antes de que el próximo 1 de febrero sean enviadas por el Papa a misión en los cinco continentes.