Galdakao. Muy preocupados y nerviosos. Así están los vecinos de Hodei Egiluz en la calle Iberluze de Galdakao, una zona que ha cambiado mucho de estado de ánimo desde que recibieron la noticia de la desaparición del joven. Si el primer día, aunque recelaban de que se hubiera marchado por su propio pie, tenían la esperanza de que todo se solucionara pronto, cuando se cumple casi un mes de su desaparición la falta de noticias sobre su paradero empieza a hacer mella en sus espíritus. "Es que no escuchamos nada nuevo, ya casi ni hablan de él y no sabemos qué ha podido pasar", se quejaba Vitori Atutxa.

Esta percepción de que faltan muchos cabos por atar se ha extendido por el barrio. "Estamos todos esperando alguna noticia. Todos los días me acuerdo de él", aseguraba Yolanda Egiluz, que aunque comparta apellido con el informático "no somos familia". "Conocí a sus padres pero hace muchos años, ya les había perdido un poco la pista", reconoció.

Y es que la mayoría de sus vecinos solo conocen a Hodei "de vista", de que "paraba por aquí" o porque "solía ir a un chamizo" en la zona. A pesar de ello, la preocupación es generalizada y se extiende hasta sus familiares, por los que sienten "una pena muy grande". "Esperamos todavía que se arregle para bien, pero aún así estas semanas de sufrimiento no se las quita ya nadie. Se van a acordar toda la vida. Y eso si no pasa lo peor", señaló Javi Barbero, quien achaca a la falta de buenas nuevas "las malas noches que hemos pasado mi mujer y yo. Es que no sabemos qué pensar cuando nos levantamos de la cama. Y eso da miedo", explicó. Igual que esta pareja, Demetrio González acusa la falta de datos. "Me he quedado en la investigación de cuando estaban mirando la ría y no sé nada más que eso", declaró.

Aunque todos esperan volver a encontrarse con "Hodei y su mochila" cuando van a trabajar o a clase, la pesadumbre va limando sus esperanzas. "Ojalá me equivoque. Pero es que el caso empieza a recordarme al de Marta del Castillo. No hay derecho a esto", señaló Sonia Oteo. De la misma opinión es Igor Simal, otro joven que, como muchos, se ha puesto en lo mejor pero también en lo peor. "Igual no vuelve", aseguró compungido el joven.

No obstante, a pesar de la angustia que viven, entienden que la familia y las autoridades belgas no hagan comentarios o aporten datos sobre la investigación. "Si creen que así se puede resolver, pues adelante con ello", animó Iratxe San Martín. Sin embargo, sí se quejan de que cuatro semanas después de su desaparición la policía aún no haya dado con él. "Si tienen sospechosos, han cogido a gente intentando usar su tarjeta de crédito y con su móvil, es raro que no tengan pistas muy fiables sobre dónde puede estar. Como no nos dan una respuesta, no sabemos a qué agarrarnos", añadió la joven.

Contra las hipótesis y las filtraciones de datos de la información también habló el Ayuntamiento quien pidió a los medios de comunicación el punto en boca. Así, atendiendo a los deseos de la familia Egiluz, exigió la colaboración de la prensa para que "la prudencia y discreción faciliten que las investigaciones para esclarecer su desaparición en Bélgica sigan su curso, evitando que conjeturas entorpezcan esta labor y, de paso, añadan más incertidumbre a la propia familia", solicitó días después de los hechos mediante un comunicado.