BARCELONA. Los padres de las pequeñas Laura y Marta recurrieron a la fecundación 'in vitro' tras varios años de infertilidad y, como ellos, otras parejas españolas y de otros 16 países han conseguido ser padres mediante este nuevo avance.

Su nacimiento ha sido posible gracias a un programa pionero de I+D+i del instituto, presentado en julio en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción (ESHRE), que aplica microvibracoines musicales en las incubadoras de embriones donde permanecen los óvulos antes de ser fecundados y hasta el día en que son implantados en el útero de la mujer.

La jefa de Reproducción Asistida del Institut Marquès y principal autora del estudio, Marisa López-Teijón, ha explicado que las vibraciones de música "remueven los medios de cultivo en los que se encuentra el ovocito, producen un reparto más homogéneo de los nutrientes que necesita, y evitan que se acumulen los productos tóxicos".

Todos estos factores mejoran un 5% la tasa de fecundación --las posibilidades de que el espermatozoide fecunde el ovocito--.

Según la doctora, el objetivo era reproducir los movimientos peristátlticos que se dan en las trompas y el útero a través de la música, lo que hasta ahora algunos grupos de investigación han realizado aplicando vibraciones mecánicas.

Aunque la música se utiliza únicamente como fuente generadora, durante la gestación el oído del feto empieza a formarse en las primeras semanas y empieza a percibir sonidos del exterior y es capaz de identificar la voz de su madre e incluso puede llegar a reconocer esos sonidos al nacer.

"Nos hizo mucha gracia enterarnos de que la música favoreció su fecundación, ya hemos observado lo mucho que le gusta a Laura desde que nació y cómo Marta deja de jugar para escuchar mejor una canción y la acompaña moviendo las caderas", han relatado sus padres.