SANTIAGO DE COMPOSTELA. Según publica en exclusiva el periódico El Mundo, este diálogo se produjo en los calabozos en la primera noche que la abogada y el periodista pasaron allí después de ser detenidos y acusados de la muerte de su hija, Asunta Basterra Porto, cuyo cadáver había sido localizado tres días antes en una pista forestal de Teo (A Coruña).
El juez instructor José Antonio Vázquez Taín, tal y como informa este diario, dio el visto bueno a que se grabasen todos los sonidos de aquellas noches en las dependencias del Instituto Armado al creer los investigadores que ese momento podía ser clave para apuntalar sus sospechas.
Solo hubo tres frases, y la primera fue "tú y tus jueguecitos" de Porto a Basterra; la segunda, la mencionada, y la tercera la cierra Basterra: "Cállate, que a lo mejor nos están escuchando", antes de que imperase el silencio.
La acusación que pesa sobre Rosario Porto y Alfonso Basterra, los únicos imputados, encarcelados desde el 27 del mes pasado y que han negado los hechos, se ha elevado de homicidio a asesinato y en el endurecimiento de la calificación han pesado las pruebas forenses -sangre, gástricas y de pelo- al revelar que Asunta era sedada con Lorazepam, un ansiolítico cuyo registro más alto corresponde al día 21, jornada en la que murió la pequeña.
Dos viandantes localizaron el cadáver de esta pequeña, de 12 años, sobre un talud.