león. Expertos geólogos han mostrado su extrañeza por el accidente en la mina de León porque los equipos de seguridad y detección de bolsas de grisú en el Estado español son "avanzados" y equiparables a los de otros países del entorno con explotaciones de carbón, como Reino Unido o Alemania.
Fuentes del colegio de Geólogos consideraron que "algo ha tenido que fallar" en la mina del Pozo Emilio del Valle donde ayer se produjo el accidente mortal, ya que un incidente de esta naturaleza es "muy raro".
Por su parte, el geólogo e ingeniero técnico de minas Rafael Barea detalló que el carbón tiene un proceso de consolidación a largo plazo en el que se va conformando dióxido de carbono y otras sustancias moleculares entre los granos propios del carbón. "Son una especie de burbujas de gases que se van formando ahí. Son pequeñas moléculas que a lo largo del tiempo van crepitando, de forma permanente", explicó.
Así, añadió que cuando en la atmósfera de la mina el grisú se incrementa por encima del 1 o del 1,2% -composición de grisú en la atmósfera de la mina-, los medidores paralizan automáticamente toda la mecánica eléctrica que se pudiera estar requiriendo en ese momento.
Barea dijo que el grisú y el polvo de carbón son una mezcla explosiva y que ni siquiera hace falta una chispa para que se produzca una explosión. Si en la atmósfera del interior, al igual que en el exterior, hay un porcentaje de un 21% de oxígeno, un nivel de 3% de grisú y polvo de carbón supondrían una proporción explosiva.
Por ello, los mecanismos de seguridad en las minas incluyen aire circulando en el interior, para que no se produzca esta acumulación de gases. El geólogo recordó que en 1995, en la mina de Santa Bárbara, en Mieres (Asturias) hubo un accidente con grisú en el que murieron ocho personas a pesar de que se cumplía con la normativa. Recordó que el siniestro se produjo por una circulación contraria de aire, que provocó una explosión en un lugar alejado de donde estaban los trabajadores. Sin embargo, la llamarada se propagó por las tuberías de aire y la llamarada golpeó el lugar donde estos se encontraban.
Explicó que, a nivel físico, cuando se produce la explosión el minero muere por asfixia, es una muerte casi "fulminante" porque se consume todo el oxígeno de la zona en cuestión de instantes.