vitoria. Cual obstinado perro del hortelano, el Gobierno español persiste en su empeño de ni comer ni dejar comer en el tajo de la 'Y' vasca. Las inversiones previstas para los próximos años para ejecutar los tramos que discurren por tierras alavesas y por Bizkaia se ven insuficientes y, como consecuencia, los plazos para completar las obras de la alta velocidad ferroviaria vasca corren el riesgo de eternizarse. Por eso, y para evitar nuevos retrasos, el Ejecutivo vasco insistió ayer en su ofrecimiento para asumir los trabajos del ramal cuya construcción se encuentra bajo la batuta de la Administración española.

Así lo manifestó Josu Erkoreka, portavoz del Gobierno vasco, descontento por las carencias detectadas en los presupuestos destinados a esta infraestructura para el próximo año y siguientes. "Nosotros estamos cumpliendo rigurosa y escrupulosamente todos los compromisos inversores, pero el Gobierno central no. Nos hemos ofrecido a adelantar los recursos que fueran necesarios en la parte que corresponde al Gobierno central [tramos de Bizkaia y Araba] para su compensación posterior para que no se retrasen excesivamente las obras, pero no hemos recibido respuesta clara favorable", anunció.

Y todo, a pesar de que esa misma invitación fue hecha por la propia consejera de Transportes, Ana Oregi, allá por el mes de marzo. Silencio en todo este tiempo. Y más retraso, disimulado y agazapado en las políticas de austeridad diseñadas por el Gabinete de Rajoy. De hecho, el esfuerzo inversor previsto para el año que viene (190 millones de euros) será idéntico al de este ejercicio. Una cantidad con la que procurarán mantener activos los trabajos aún pendientes, pero a un ritmo muy alejado de las pretensiones del Gobierno vasco. En palabras de Erkoreka, la escasa entrada de dinero público de las arcas españolas en las obras de la línea alta velocidad ferroviaria vasca es "especialmente preocupante". Esa falta de liquidez se hizo patente el año pasado cuando la reducción con respecto a 2012 fue del 38,5%.

El horizonte de 2020 Todos estos hechos trazan el perfil de una evidencia: la construcción y entrada en funcionamiento de la 'Y' vasca se retrasaría como mínimo hasta 2018, aunque lo más probable es que, si los planes de trabajo y la dirección de las obras no es asumida por el Ejecutivo vasco el plazo será todavía mayor. Los planes plurianuales recogidos a grosso modo en los Presupuestos Generales del Estado apuntan inversiones hasta al menos el ejercicio de 2017.

"Nos preocupa de manera especial la falta de compromiso con algunas infraestructuras estratégicas, y me refiero a la 'Y' vasca en la medida en que era un compromiso compartido entre los Gobiernos central y vasco", subrayó Erkoreka durante su interpretación y valoración de las cuentas públicas españolas. En este sentido, reclamó a la Administración español que "si no va hacer, deje hacer".

Eso sí, reconoció que las cosas podrían ser peor ya que las obras van a continuar adelante aunque sea a un ritmo menor que en pasados ejercicios. "El retraso es evidente. Se está produciendo. Es cierto -añadió Erkoreka- que es paralelo a retrasos inversores también en otros proyectos que el Gobierno central está llevando a cabo en otros lugares del Estado. Hay inquietud y preocupación", sintetizaba el portavoz del Ejecutivo vasco y consejero de Justicia y Administración Pública en su comparecencia de ayer.

Para la Administración vasca, no obstante, esa forma de actuar no es la deseable para la línea de alta velocidad ferroviaria vasca. Así lo dejó dicho el lunes el portavoz económico del Grupo Vasco en el Congreso, Pedro Azpiazu, quien manifestó que esos 190 millones previstos es "muy poca cifra o una cifra absolutamente insuficiente como para ejecutar el proyecto de 'Y' vasca en el tiempo que hubiera sido deseable". Y de igual forma se lo transmitió ayer Erkoreka a los responsables del Ministerio de Fomento.

Según indicó, el Gobierno vasco se ha ofrecido a adelantar los recursos necesarios, "incluso en la parte que corresponde al Gobierno central" para que "después, con los arreglos financieros correspondientes -vía cupo- puedan llevarse a cabo las compensaciones necesarias". Esta proposición, hecha con el objetivo de que la ejecución de las obras de esta infraestructura "no se retrase en exceso", no ha recibido sin embargo respuesta "clara favorable" por parte del Estado español. "No proponemos que el Gobierno vasco se convierta en un banco que financie obras, pero sí ofrecemos nuestra colaboración para hacer más posible la obra", concluyó el portavoz del Ejecutivo vasco en su comparecencia de ayer.