BUÑOL. La hora oficial de inicio era, como siempre, las 11.00 de la mañana, pero la carcasa pirotécnica que anuncia el comienzo de la batalla ha sonado a las 10.45 horas e incluso minutos antes uno de los camiones cargado con los tomates que se usan en la Tomatina ya lanzaba la munición a los participantes en el recinto cerrado de las calles del pueblo.

Un total de 130.000 kilos de tomates se lanzan los 20.000 participantes, 15.000 que han pagado 10 euros para poder acceder a la zona acotada para la Tomatina y 5.000 vecinos de Buñol que tienen acceso gratuito.

Las entradas puestas a la venta han sido adquiridas por ciudadanos de 60 países, especialmente de Australia, Japón, Gran Bretaña y España.

La Tomatina nació en 1945 como una broma entre amigos, que se lanzaron tomates durante un desfile de gigantes y cabezudos, celebración que se mantuvo durante años hasta que en 1980 el ayuntamiento decidió organizarla oficialmente y empezó a convertirse en un espectáculo de dimensiones crecientes, cada vez con más toneladas de tomates cargados en camiones a disposición del público.