vitoria. Las mujeres alavesas, en líneas generales, tienen unos buenos hábitos de vida, hacen ejercicio físico en la medida de sus posibilidades y disfrutan de una adecuada atención sanitaria. Son las tres claves hacia las que apunta Alfonso Casi, médico de familia gasteiztarra, para explicar el sobresaliente índice de esperanza de vida del que disfrutan. "Aquí influyen mucho los hábitos, los genes y en un porcentaje muy alto también la atención sanitaria, desde el nacimiento", explica. El hecho de que la mortalidad infantil sea tan baja en Euskadi explica, en este sentido, que la esperanza de vida se alargue exponencialmente. "Ya desde el parto, el control que se realiza a los niños es muy bueno en nuestra red sanitaria", remarca.
Al hablar de hábitos, Casi se detiene en el consumo de tabaco, "lo más perjudicial para la salud", así como en el deporte y la dieta. "Hacer algo de ejercicio, aunque sea suave, ha calado mucho entre la población. Es muy importante no llevar una vida sedentaria. Además, sin una buena alimentación no puede haber una esperanza de vida muy larga", expone el especialista. Intentar "acercarse" a la dieta mediterránea permite alargar la vida "en condiciones de salud".
La otra pata sobre la que se sustenta la notable esperanza de vida de los alaveses es una Sanidad pública que está "muy bien valorada y que tiene unos buenos resultados sanitarios", según Casi.
Un sistema que no sólo se preocupa de atender problemas agudos, sino que también incide especialmente en la prevención para evitar que a la larga aparezca este tipo de taras. Enfermedades cardiovasculares, cánceres... "Hay cosas que mejorar, es evidente, pero los resultados a día de hoy son satisfactorios", se felicita el profesional.