Madrid. El Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) insistió ayer, día en el que se cumplían cinco años del trágico accidente de un avión de Spanair en el aeropuerto de Madrid-Barajas en el que murieron 154 personas, que "muchos de los fallos que desencadenaron la tragedia siguen hoy día presentes en la aviación".

En un comunicado, denuncia que las recomendaciones hechas por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIC), recogidas en el informe final publicado hace dos años, han sido respondidas "solo en parte por los organismos a los que iban dirigidas". En concreto, según el Sepla, solo 15 de las hasta 33 recomendaciones han obtenido respuesta y, de ellas, seis han sido calificadas por la CIAIAC como "no satisfactorias".

Estas seis recomendaciones están relacionadas con los cambios en el sistema de alarma de configuración inadecuada del despegue (TOWS). El sindicato señala que la alarma redundante, la que habría avisado de que el TOWS estaba inoperativo en el momento del despegue, se ha implementado solo en los MD fabricados a partir de los años 90, fecha en la que se cambió la normativa al respecto. Así, denuncia que los aviones fabricados con anterioridad a esa fecha no han sido modificados, por lo que concluye que "podrían darse las mismas condiciones para que se produzca un accidente de similares características del de Barajas". El sindicato también mostró su descontento con que la investigación se llevara a cabo por la CIAIC, una comisión dependiente de Fomento, y reclamaron que la comisión debería ser "independiente del Ejecutivo".

El Sepla pidió hace justo un año la reapertura de la investigación técnica del accidente, realizada por la CIAIAC, al considerar que el informe final emitido está plagado de "errores e incongruencias", sobre todo en lo que se refiere a la parte operacional.

Entre esas incongruencias, el Sepla apuntó a que afirma que el entrenamiento de los pilotos finaliza tras realizar unas pruebas en un simulador y posteriormente se reconoce que "las simulaciones no permiten reproducir las oscilaciones de alabeo que experimentó el avión". También reconoce que ningún entrenamiento prevé un despegue sin flaps ni slaps, como ocurrió en el vuelo accidentado.

Finalmente, el sindicato de pilotos reprocha a la CIAIAC que considere el fallo en la alarma TOWS como "un factor contribuyente" al accidente, obviando que si éste hubiera funcionado, los pilotos habrían abortado el despegue.