vitoria. Zabalgana es un barrio de costuras. Están las que lo hilvanan con encanto, gracias al río Perretxin y los arroyos de Torroguico y Zaurana. Pero, también, las que lo afean y aislan, por culpa del paso del tren. Los raíles han sido desde el inicio una dura barrera física que ha habido que solventar con la rehabilitación del viejo puente de Ali y la construcción de una pasarela. Sin embargo, la presencia de esta cicatriz conlleva otro problema que muchos vecinos ya están sufriendo y para el que todavía no hay solución: el ruido. Según denuncian residentes que tienen sus viviendas mirando a las vías, los ferrocarriles han modificado sus costumbres a la hora de reducir velocidad de cara a su parada en la estación de Dato. Y ellos padecen las consecuencias. "Antes frenaban antes de alcanzar la fábrica de Mercedes, pero ahora se aproximan a más velocidad frenando en Zabalgana, con el consiguiente ruido", explican.

La asociación Zabalgana Batuz ya ha mostrado su preocupación por la afección que esta contaminación sonora puede tener en la calidad de vida de las personas que residen, concretamente, en las calles Margarita Nelken, Victoria Kent y Océano Pacífico. Por eso, tras recoger las críticas vecinales, ha solicitado al Ayuntamiento gasteiztarra informes y mediciones con el objetivo de trabajar sobre los datos para solventar el problema. Un gesto que ya ha tenido contestación. Según cuenta el colectivo, los técnicos municipales de control de ruido urbano del municipio le han confirmado que en las próximas semanas celebrarán una reunión con la asociación para explicarle los datos y resultados del mapa de ruidos de la ciudad, especialmente del monitor instalado en una de las arterias de las que han llegado las quejas, Margarita Nelken.

Con el crecimiento de Vitoria a lo largo de la vía del tren, ha aumentado de forma inevitable el número de ciudadanos expuestos al ruido de la locomotora. Aun así, el Consistorio gasteiztarra no lo ha considerado hasta ahora un problema urgente debido al escaso tráfico ferroviario. Tal vez las quejas de estos vecinos de Zabalgana le obliguen a revisar el mapa de ruidos. Un dispositivo que, por lo demás, está registrando en los últimos tiempos unos resultados francamente positivos a nivel global. Las calles expuestas durante la noche a ruidos por encima de los recomendados han bajado un 30% desde el año 2005, y durante el día han caído un 15%, en gran medida por las restricciones al tráfico motorizado impuestas con la materialización a pie de asfalto del Plan de Movilidad Sostenible.