Vitoria. Greenpeace completó esta pasada semana una expedición al Ártico groenlandés para mostrar los efectos del cambio climático y las amenazas que se ciernen sobre este territorio y pedir su protección. Durante el primer día de expedición accedieron acompañados por inuits al glaciar Apusiaajik en Kulusuk, donde la organización ecologista pudo constatar los efectos del cambio climático que han provocado una regresión del frente glaciar de 1,5 kilómetros en los últimos 10-15 años.

La principal amenaza del Ártico, el cambio climático, está provocando la rápida desaparición de su capa de hielo. Tanto es así que los científicos prevén que dentro de 10 o 20 años el Polo Norte probablemente estará libre de hielo marino en verano. La mayor preocupación de cómo influye el deshielo en el Ártico en la subida del nivel del mar se encuentra en Groenlandia. Este territorio permanece cubierto por hielo de hasta tres kilómetros de espesor, un volumen que si se derritiera podría elevar el nivel medio del mar hasta siete metros. "Las compañías que están causando el cambio climático son las que ven en este deshielo una oportunidad para buscar más petróleo. Frente a este glaciar nos damos cuenta de la rapidez con la que estamos destruyendo el Ártico, mucho antes de que los políticos tomen la iniciativa de protegerlo", declaraba Pilar Marcos, responsable de la campaña Salvar el Ártico de Greenpeace. Solo durante la época estival se detectan síntomas de deshielo en el 95% de su superficie, lo que supone que cada tres minutos se pierda un volumen de hielo equivalente a un estadio de fútbol, compararon los responsables de este colectivo ecologista. "Los datos científicos y los testimonios de sus habitantes no dejan lugar a duda de los drásticos y rápidos cambios que, debido al cambio climático, está sufriendo el Ártico. Es urgente que el Consejo Ártico y Naciones Unidas impidan la destrucción de la última frontera natural".

PRONÓSTICOS Esta situación podría derivar en un escenario aún más dramático si se cumplen los pronósticos de un estudio científico que apunta una subida del nivel del mar de hasta 20 metros si esta zona y Groenlandia sufrieran un deshielo, como ocurrió en el Plioceno. "La capa de hielo de esta zona es mucho más sensible a los cambios del clima de lo estimado", apuntaban los investigadores en su artículo de la revista Nature Geoscience.

En el Plioceno, comprendido entre hace 5,33 millones de años y 2,58 millones de años, la Tierra experimentó un aumento global de temperatura que llegó a ser entre 2 y 3 grados centígrados superior a la actual y similar a la prevista para finales del siglo XXI. La concentración de CO2 atmosférico, por su parte, era igual a la de hoy en día. Ambos factores propiciaron la fusión de parte del hielo planetario, lo que provocó un aumento del nivel del mar de 20 metros, describían desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Estas conclusiones, unidas a las de Greenpeace en el Ártico dan más valor a un comentario expresado durante la expedición. "La frase más dramática que he oído yo es de uno de nuestros guías inuits, Bent: si esto se derrite que se prepare para aprender a nadar el resto del mundo", declaró el músico español Alejandro Sanz, quien participó en esta acción de campo.