E L Pellejo no se hizo esperar en su cita anual con los numerosos vecinos y visitantes que se habían congregado en la plaza del Ayuntamiento de Labastida. Fiel a su compromiso en la Fiesta de las Reliquias cruzó la plaza desde las alturas regando gentes y calzada con los colores propios del mosto fermentado y convertido en vino. Desde primeras horas de la mañana la villa de Labastida aparecía copada por vecinos y visitantes para disfrutar del comienzo de estas fiestas bajo un sol implacable que dejaba tórridas temperaturas en las soleadas calles medievales mientras la gente pugnaba por encontrar una sombra donde el frescor era evidente.

Como una parte más de la fiesta, aunque no aparece en el programa oficial, mientras se hacía tiempo para que en el reloj se marcase la una de la tarde, un numeroso grupo de vecinos y amigos esperaba a la sombra de unos árboles a que llegase la txaranga para celebrar su particular homenaje a la ikurriña. Silvano, de la herriko taberna, una de las pocas que aún subsisten en Álava, impulsa este acto que se viene haciendo desde hace más de un cuarto de siglo en recuerdo de los conflictos que se suscitaron en numerosas localidades, cuando grupos de carácter independentista trató de sustituir la bandera de España por la ikurriña. Instantes antes de la una, el grupo llegaba a la plaza del Ayuntamiento, desde cuyo balcón lateral se iba a lanzar el txupinazo, recibiendo el aplauso de los asistentes y confundiéndose posteriormente con la gran cantidad de público que abarrotaba el lugar. Entre otros muchos un numeroso grupo de niños y jóvenes, deseosos de recibir el bautismo de vino desde el Pellejo.

En esta ocasión se invitó a prender la mecha del cohete a un joven escritor de Labastida, David García, y acto seguido, sirviéndose de una sirga para conducir el pellejo y una cuerda para atraerlo hacia el balcón del Ayuntamiento desde una de las torres de la parroquia de la localidad, el concejal de festejos lo hizo descender. Primero más rápido, hasta salvar la primera mitad del recorrido, ocupado por la carpa de la música a la que se había subido una cantidad infinita de chavales, y, al llegar al centro de la plaza, comenzó con el baile para que la pelleja se vaciase sobre el público congregado en la plaza, dejando empapados a todos lo que allí estaban, mientras la txaranga daba ritmo musical a la extraña danza que se vivía en la plaza.

Una vez que rozó el balcón estalló un cohete que provocó una lluvia de papeles de colorines y a continuación comenzaron a volar globos sobre la villa medieval y desde los balcones de la Casa Consistorial se lanzaron otros de tamaño enorme, que sirvieron para que la gente se los tirara los unos a los otros en una divertida fiesta

Tras el sacrilegio de tirar el vino del pellejo -clamaba un visitante-, comenzó la ronda de ir de bar en bar degustando los vinos que se ofrecen por parte de la hostelería local. La gente más mayor se fue acomodando en las numerosas terrazas instaladas por los bares y restaurantes delante de sus fachadas, Y los más animosos se dejaron guiar por los buenos conocedores de Labastida para que la ronda fuera completa y no hubiera lamentos de haber dejado de catar un vino específico o un pintxo de los elaborados especialmente para ese día.

Hoy domingo será el día grande de las Fiestas de las Reliquias de los Santos Mártires de Cardeña. La jornada comenzará a las ocho y media de la mañana con un primer encierro de vaquillas, para desentumecer el cuerpo después de la noche de jarana. Tras las carreras, con tono más tranquilo, habrá un pasacalles con la banda de música Marrate, los gaiteros de Elciego y la compañía de los Gigantes de Noain. Y a las diez y media se oficiará la misa, aunque hasta el mediodía no se realizará la procesión de las Reliquias, que a su regreso a la iglesia permanecerán expuestas para los fieles que las quieran ver. Para los niños se han previsto parques infantiles durante todo el día y para los mayores, partidos de pelota, verbena con la orquesta Passarela y un bingo popular en el descanso.