Vitoria. Hay situaciones que no se pueden evitar. Pese a estar inmersos en plena era de la información, con todo tipo de dispositivos con acceso a los datos que ofrece la Red de redes, los jóvenes alaveses mantienen costumbres que, en principio, se antojan difíciles de erradicar. Entre ellas, su inicio en el sexo. No en vano, los adolescentes siguen manteniendo relaciones sexuales de riesgo a pesar de estar bien informados sobre los métodos anticonceptivos y las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS). Así lo constatan los propios formadores gracias a su relación diaria con los estudiantes. Ante estas circunstancias, por decimocuarto año consecutivo, la Comisión Ciudadana Anti-Sida de Álava (SIDALAVA) -junto con la Obra Social de Vital Kutxa- han tratado de concienciar a este colectivo con el ánimo de poner remedio a esa situación a través de talleres educativos en las aulas. La intención de esta iniciativa formativa pasa por crear un espacio relajado donde los adolescentes pueden hablar con total libertad y distensión. Con ello se facilita el diálogo y el aprendizaje para que la juventud sea más conscientes de los riesgos que conllevan las relaciones sexuales. Todo ello se aúna en el proyecto Gazteen Artean-Sida y sexualidad, que ha visitado las aulas de 34 centros educativos alaveses durante el curso lectivo 2012-2013. Toda una declaración de intenciones.

Tras las nociones impartidas, la asociación ha sacado conclusiones concisas, claras y contundentes. Éstas explican que lo que necesitan los jóvenes alaveses. Tanto la organización como los chavales gasteiztarras piden tener más horas lectivas con clases destinadas a la sexualidad y la aclaración de dudas durante su etapa evolutiva. "Desde lo científico, y con cercanía y naturalidad hemos conseguido ser un referente indiscutible para los adolescentes de nuestro territorio histórico como fuente de información y de consultas", explican desde la Comisión Ciudadana. Y así lo corroboran los 2.100 participantes. No en vano, en una valoración posterior, las notas recibidas por el programa han rozado el sobresaliente, con el epígrafe Positivo o Muy positivo marcado por un 98% de los participantes. Parece que las ideas están muy claras, al menos, en el deseo de recibir información sobre la sexualidad.

Mediante estas lecciones, los jóvenes alaveses de entre 15 y 19 años no sólo han aprendido a prevenir las infecciones de transmisión sexual, evitar embarazos no deseados y prevenir abusos y violencia entre sexos, sino a adquirir herramientas y conocimientos para responsabilizarse de sus propias vivencias eróticas y trabajar la sexualidad en positivo.

Redes sociales Para comunicarse de manera más directa con los adolescentes, la Comisión Antisida también ha utilizado las redes sociales, una herramienta social de primer orden en el día a día de los más jóvenes. Porque casi un total de los adolescentes posee una cuenta en alguna plataforma como Facebook, Tuenti y Twitter. Por eso la organización a través de las redes sociales da continuidad al programa para poder resolver dudas de una manera más directa, clara y confidencial entre los jóvenes y el profesional que les responde.